'WHIPLASH'. 'Americanada' aburrida



CRÍTICA DE CINE

'Whiplash' (Damien Chazelle. Estados Unidos, 2014. 103 minutos)

‘Whiplash’ trata de jazz igual que de jardinería, o lo que es lo mismo, nada. El jazz es una excusa, bien podría haber tratado de natación, waterpolo o de fútbol americano. Es indiferente, no es lo que quiere contar, aunque lo quiera simular. Para su primera película Damien Chazelle cogió su corto ‘Whiplash’ y lo transformó en largometraje. El recibir el premio a mejor cortometraje en Sundance y la acogida del título anterior que escribió, ‘Grand Piano’, hicieron el resto.

La película está realizada con los mimbres de ese americanismo que defiende el trabajo, la sangre, la furia y el melodrama para llegar al triunfo. La excusa es un talentoso baterista que quiere llegar a ser alguien. Los elementos que Chazelle aporta de la biografía del baterista son aún más lacrimógenos para su posible impacto: niño abandonado por su madre, padre que asume que no ha triunfado como escritor. Todo pretende reforzar el tesón del muchacho por ser alguien y no caer en el anonimato pise a quien pise. La evolución del personaje no existe en ningún tramo, es plano y cansino.

Para ello se crea un antagonista, en este caso un severo profesor de conservatorio –capaz de llevar a la desgracia personal a cualquier alumno- interpretado por un sobredimensionado J.K. Simmons que, emplea todos sus trucos para hacer verosímiles los excesos planteados en un guion tan flojo como previsible. El problema de ambos protagonistas es su similitud, poco se distancian y menos aportan. A todas luces es muy perceptible que se trata de un cortometraje alargado y su estructura nunca parece ensamblarse hacia alguna dirección.

Damien Chazalle en su labor tras la cámara es tramposo pero efectivo, La iluminación también acompaña, pero son mimbres que no consiguen que haya nada que funcione entre tanta lágrima, lamento y frustración.

Hay un intento de que todo se transforme en una historia de venganzas, renacimientos, frustraciones, amoríos y fanfarrias, pero cae en el tedio más absoluto, acompañado por una música que tampoco aporta absolutamente nada. Los lugares comunes, los lloros, los triunfos, las tiritas y las exageraciones son una demostración de ese efectismo tan poco impactante que lleva los aplausos del público americano.

Nada en ‘Whiplash’ suena a jazz o a película que pueda ser apreciada. Su naufragio creativo es una realidad, eso sí, respaldada por los Oscars. Malos tiempos se avecinan para el cine, que hasta la nada triunfa bajo ecos de un ‘falso cine independiente’.

IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ

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7 Comentarios

  1. Pues chico, hemos visto una película completamente diferente. Malos tiempos se avecinan para la crítica, en la que cualquiera habla por hablar. Al ser gratis, ya se sabe...

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    1. Sí, sería otra película, no hay duda. Si fue gratis, eso que ganó.

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    2. Nosotros hemos argumentado la crítica, lo suyo es una opinión sin fundamentación alguna. No olvide que la crítica es subjetiva, eso sí, siempre debe ir acompañada por un razonamiento, el porque sí no vale. Gracias

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    3. Yo no he visto la película y estoy totalmente de acuerdo con la crítica de Ivan Cerdan.

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  2. mmm... no estoy de acuerdo...

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    1. Bien, no todo tiene que gustar a todo el mundo. Gracias

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  3. "Perdida", "La verdad sobre el caso Harry Quebert"..., "Whiplash" es el enésimo producto, esta vez cinematográfico, de una gran campaña de marketing que vende como "deslumbrante" lo que no es más que un refrito de viejos clichés. Desgraciadamente, el envoltorio del jazz es lo de menos (una pena) y el cuerpo a cuerpo entre los contendientes no aporta especial brillantez a los personajes. Los secundarios tampoco salen mejor parados.

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