'LOS VECINOS DE ARRIBA'. Divertimento con chascarrillo



CRÍTICA DE TEATRO

'Los vecinos de arriba'
Autor y dirección: Cesc Gay
Teatro La Latina (Madrid)

Cesc Gay debuta sobre las tablas con una obra ingeniosa y efectiva pese a su falta de fuelle final. El montaje ya tuvo un considerable éxito en Barcelona. En Madrid ha aterrizado con un nuevo elenco y con pequeños ajustes textuales. En el mundo de la pareja es donde el talento de Gay se desarrolla de un modo más efectivo. Su película más destacada hasta el momento es ‘Ficción’ (2006).  

En el terreno del humor no parecía haberle salido bien la jugada al director catalán, aunque la respuesta en la taquilla sí le secundara con la artificiosa ‘Truman’ (2015). ‘Los vecinos de arriba’ tiene un engranaje tan divertido como dramático. Desde la conversación inicial se fija la base de lo que será la función. El texto tiende hacia un exceso que en ocasiones se modera, pero siempre está en el límite. Las réplicas son eficaces y el ritmo es frenético. Gay ha podido tener como referentes a Edward Albee y a Yasmina Reza a la hora de construir el texto. Estas referencias es posible que le hayan ayudado a pisar con más fuerza en un terreno ya explorado por ambos dramaturgos.

Los rapidez de los diálogos y su contundencia están acompañados por ciertos chascarrillos que encajan y distensionan acciones que podrían llegar a ser demasiado crudas. La tragedia es esa losa que siempre apunta que va a surgir, quedando agazapada en el último instante. No hay un dramatismo exhaustivo –aunque juega a ello-. Se trata más bien de un combate en el que los afectos y el apartado sexual son los verdaderos protagonistas. Esa intensidad consigue que el espectáculo vire en diferentes direcciones sin que la amargura llegue a consolidarse en la acción.

El reparto funciona bien, pero es Candela Peña quien maneja el tiempo de la función. Su comicidad mezclada con su naturalidad y verosimilitud son las aliadas que necesitaba Cesc Gay para que encajase su propuesta. La escenografía -recargada- encaja muy bien al igual que la iluminación. Cesc Gay parece remontar artísticamente y deja constancia de que escribe y dirige bien. Es de esperar, cuando regrese al celuloide, que lo haga con un producto que merezca la pena.

IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ

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2 Comentarios

  1. El autor de este comentario no dice nada de las bromas fuera de lugar que hay en el texto y que pueden molestar. Habla de ritmo frenético, pero si no me dormí fue por las risas sin sentido del que estaba al lado de mi butaca. Hace muchas concesiones a lo comercial, no me gustó, vi otra obra.

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    1. Evidentemente son gustos. Las sensibilidades son ya de cada uno. Efectivamente es una obra comercial, no hay duda. Por eso está en el teatro que está. Es una obra resultona en el contexto en el que está, sin más. Tampoco creo que pretenda ser una obra revolucionaria.

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