'LA MENTE DE UN ASESINO: AARON HERNANDEZ'. Una persona, un deporte, una sociedad


CRÍTICA DE SERIE

'La mente de un asesino: Aaron Hernández' (Geno McDermott. Estados Unidos, 2020. Netflix)

Los festejos superlativos de la Superbowl, al nivel de un Día Nacional de Estados Unidos, dejaron en su última edición un pie de página dedicado a Aaron Hernandez. La historia de este ex jugador de fútbol americano, fallecido en 2017, conmocionó en aquel país, aunque su resonancia exterior fue menor. El estreno de una miniserie de Netflix de tres capítulos sobre su caso, ‘La mente de un asesino: Aaron Hernandez’ ha puesto otra vez de relieve y ampliado una tragedia que supera el caso individual para retratar como pocas a una sociedad y a la vez un deporte con valores muy definidos en el que convergen diferentes problemáticas. 

Hay tantos recovecos y actitudes que se apuntan que la estructura de tres episodios ideada por Geno McDermott se ha quedado corta. En el último capítulo se agolpan sucesos, giros sorpresivos e intensidad que produce una sensación de tumulto y lleva a una resolución que se ve con premura. De golpe y sin apenas transición, tras presentar una infancia y adolescencia absolutamente desestructurada, se pasa al estrellato en la universidad y salto a la mejor liga del mundo, la NFL. No solo eso, sino que encajó en ese puzle de la que se sigue considerando la franquicia que ha alcanzado mayor perfección en la historia de cualquier deporte, los Patriots de Bill Belichik y Tom Brady. Desde ese lugar y casi sin espacio, el protagonista se convierte en un frío asesino rozando la psicopatía llevado por un entorno tóxico y, sin respiro, todo desemboca en un último tramo en el que se desvelan crudos aspectos hasta ese momento ocultos de su infancia y la aparición del prototipo de abogado estrella capaz de dar un vuelco a cualquier juicio. En medio se ensanchan otro surtido de condicionantes, como la latente homofobia en el deporte de alta competición, potenciada en el fútbol americano, y un tema que ya la película ‘Concussion’ (Peter Landesman, 2016) trató desde la ficción, el del deterioro cerebral y cognitivo diagnosticado en jugadores de larga trayectoria tras su retirada, tras los innumerables golpes y choques registrados en su carrera y que al parecer también sufrió Hernandez. Es la llamada ETC, una condición degenerativa que lleva ya un tiempo poniendo a la liga norteamericana bajo sospecha y en estado de alerta. 

Los temas se acumulan y se entretejen para conformar una visión poliédrica del tema a tratar y en la que es complicado centrarse en el detalle. Deja agotado el caudal de información y sin tiempo para ir procesando lo que el documental va arrojando sin pausas. Es una evidencia que, entre otras variables, el de Aaron Hernandez es otro de esos casos de juguete roto dentro del deporte, cada vez incluso más frecuentes al no ocultarse tanto como en el pasado. Es cierto que en esta situación concreta confluyen o al menos son puestos al descubierto más aristas de lo imaginable y que pudieron operar de desencadenantes. Eso potencia su interés para el espectador, atento a los diferentes frentes tanto sociales como judiciales o deportivos que se van abriendo. El documental hace bien no terminando de posicionarse y dejando que sean los testimonios de aquellos que más trataron al protagonista los que perfilen su retrato, llevando el mayor peso de ellos hacia la compasión o el distanciamiento y no hacia la crítica o culpabilidad. 

Pese a esa levedad en el posicionamiento, no se puede afirmar tampoco que la figura de Aaron salga bien parada tras el visionado de los tres capítulos. Quedan acompañándola las sombras del crimen por el que fue condenado a cadena perpetua, y con ellas se lleva también una parte de la imagen de la NFL y de quienes la puedan apoyar sin un mínimo de espíritu crítico. Hay menciones muy evidentes a esa cultura de la violencia y a los que disfrutan consumiéndola, así como a esa homofobia que se encierra en los vestuarios y sigue cayendo estigmatizadora sobre tantos. Sin duda, se está ante un trabajo destinado a producir reflexión y que pone en cuestión actitudes de mucho arraigo en una parte de la sociedad estadounidense. 

RAFAEL GONZÁLEZ

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