PAU DONÉS. El lado estrecho



Hay una edad en la que uno empieza a tener la sensación de que la vida se va estrechando poco a poco. Indefectiblemente. Creo que ese momento es entre los cuarenta y los cincuenta años. Lo notas por lo que ocurre a tu alrededor: la enfermedad se convierte en algo más normal entre conocidos, amigos, familiares, amigos de amigos, y en algunos casos también la muerte comienza a llevárselos por delante. Empiezas a contar con los dedos de las manos a los enfermos y caídos, con cierta regularidad y mucha tristeza. 

No me gusta la estrechez de miras. No me gusta la gente estrecha. Nunca me han gustado los compartimentos estrechos, suelo tener claustrofobia, por eso los lugares angostos o cerrados me provocan rechazo. Igual que me considero diurno, soy un tipo al que le gusta vivir al aire libre. Sólo considero satisfactorios estos lugares estrechos cuando son producto de mi imaginación o forman parte del espacio narrativo de novelas y películas, entonces sí me parecen estimulantes, porque afectan a personajes de ficción y no reales.  

A lo largo de mi vida, he aceptado la estrechez - física y mental -, como supongo que cualquier otro, cuando no ha habido más remedio, víctima de tiempos oscuros y confusos donde no ha quedado otra que cierta resignación y conformismo, esperando salir del agujero en algún momento. Son baches incómodos a los que también me refiero como estrechos, porque nos estrechan el cerebro, lo hacen más pequeño, atrofiándolo. Pero forman parte de este viaje que es vivir. 

Cuando apareció el cáncer en Pau Donés y luego empezó a hacer estragos en él, como podía deducirse de un estado progresivamente desmejorado, el tipo siempre mostraba otra cara, el lado bonito, como la canción, la antítesis del lado oscuro y su mensaje seguía siendo alegre, animado, creativo, vivo, como siempre había sido, conviviendo con el enemigo en casa. Vivió la enfermedad con el mismo optimismo que le había caracterizado siempre, evitando la estrechez. El tipo, siempre alegre. Menuda lección y qué bonito mensaje nos ha dado Pau durante todo este tiempo. 

Se fue Pau, dejándonos su música para que sigamos disfrutando, alegremente, hasta el último instante. La flaca, El lado oscuro, Depende o Bonito forman parte de mi memoria adolescente y juvenil y de la de varias generaciones. 

Una pena.  

JORGE BERENGUER ÚBEDA

Publicar un comentario

0 Comentarios