CRÍTICA DE CINE
'El hobitt. Un viaje inesperado' (Peter Jackson. Estados Unidos, 2012. 169 minutos)
El imaginario de Tolkien era tan portentoso que, aún a día de hoy, la tecnología no consigue recrear con absoluta veracidad los personajes ideados por el escritor inglés. Peter Jackson consiguió con la trilogía de ‘El señor de los anillos’ el reconocimiento de los seguidores de la saga y cada película tuvo el respaldo de la taquilla y de la venta de todo el 'merchandising' que idearon.
‘El hobbit' carece de la profundidad que podían tener diversos momentos de la trilogía. Es más bien un producto para niños salpicado de cierta violencia para no dejar de lado a un determinado sector adulto. Jackson y sus productores han decidido retransformar una película en tres, han añadido apéndices de ‘El señor de los anillos’ y diversas maniobras argumentativas para que el texto de Tolkien no tenga ninguna fisura. El resultado es, al igual que el ritmo que posee la película, desigual. La dirección de Peter Jackson -¿volverá a hacer una película como ‘Criaturas celestiales’?- se vuelve más funcional y menos efectiva que en la saga de los anillos. Hay un continuo abuso del plano aéreo, más como recurso paisajístico que como información a la historia.
La desigualdad de ritmo se hace notar y efectivamente, se agradece su deseo de ser fiel a Tolkien, pero el cine y la literatura son dos lenguajes complementarios, sí, pero diferentes. Aspectos que pueden tener más calado en lo relatado por Tolkien, en imagen carecen de identidad para conformar un producto unitario, aunque por otro lado sumen minutos.
La elección como hobbit recae en Martin Freeman y, sin duda alguna, es el mayor acierto de la película. Freeman es un actor en estado de gracia, su aporte al personaje posee destreza, ayudando –y mucho- a que el resultado sea más compacto. Sus reflexiones, gestos, tonos, miradas… todassus acciones siempre son consecuentes. De igual modo, el equipo interpretativo es sobresaliente. Los actores que repiten –como Ian Mackellen-, lo hacen respetando su trabajo anterior y vuelven a conseguir que sus roles sean creíbles y nunca estén por encima de la historia. Es de agradecer que Jackson no haya escatimado en tener un gran reparto.
Los efectos especiales no logran despegar del todo y el 3D quizá sólo ayude a que el producto global impacte algo más, pero la sensación de formar parte de un juego de consola más que de un viaje inesperado es constante. ‘El hobbit’ es una película sin más ambición que la de pasar algún rato agradable con unas palomitas y con la certeza de que si se acude al servicio en mitad de la proyección nadie se perderá algo transcendental.
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ
1 Comentarios
Ya sé qué quiero ser de mayor: un hobbit. Tremendo Bolsón, media hora más y nos deleita con un repertorio de artes marciales que ni Bruce Lee. Gandalf es otro que se las trae, como le gusta hacerse el misterioso y aparecer en el momento más oportuno. En fin, un divertimento simplón que no se hace tan largo como se podría esperar.
ResponderEliminarR. Bolsón