'MEMORIAS DE UN HOMBRE EN PIJAMA'. Paco Roca



CRÍTICA LITERARIA

'Memorias de un hombre en pijama'
Autor: Paco Roca
Editorial: Astiberri (2012)
Páginas: 140

PARA NO IRSE A DORMIR

El auge comercial que la novela gráfica ha experimentado en los últimos años es significativo. Paco Roca (Valencia, 1969) puede atribuirse un destacable porcentaje de mérito. Si algo que valorar de este autor es su contribución directa o indirecta a la popularización del género, el sacarlo de las trincheras de las minorías y mostrarlo sin temores a plena luz del día. El punto de inflexión se produjo en 2007 con la aparición de ‘Arrugas’, un inesperado acontecimiento que fue recompensado por partida doble: la concesión del Premio Nacional del Cómic y la adaptación al cine. Roca, como reflejó en ‘Emotional World Tour’ (2008), saboreó las mieles del éxito. Acumuló en poco tiempo presentaciones alrededor del mundo, visibilidad en los grandes medios, conferencias y todo tipo de actos que, además de colorear su figura, de paso dieron un empujón –relativo- al cómic hecho en España.

La luz de ‘Arrugas’ no debe ocultar la larga trayectoria previa de Roca. Es en proyectos como ‘Memorias de un hombre en pijama’ (Astiberri, 2012) donde se ve al dibujante de raza, aquel que empezó publicando historietas para adultos en ‘El víbora’, el alejado de los oropeles. Roca se arremanga y, ya consagrado, se atreve a publicar en un medio que anda de capa caída, la prensa escrita. El gesto constituye involuntariamente un tributo al género que dio cobijo al cómic en sus inicios y le conecta en sus raíces con clásicos como Escobar.

Durante medio año Roca publicó la serie ‘Memorias de un hombre en pijama’ en el periódico valenciano ‘Las Provincias’. La obra encierra una obvia lectura sociológica, despojada de los acercamientos metafísicos, corporativistas e históricos característicos otras de sus creaciones. No hay nada que un viñetista maneje con tanta suficiencia como lo que le rodea. El protagonista de ‘Memorias de un hombre en pijama’ es el propio autor, espejo en el que pueden mirarse los recién entrados en los cuarenta, urbanitas y de alma errante. Todo gira a su alrededor: sus fobias, su relación con su omnipresente pareja, las secuelas de los traumas no cerrados de la infancia, las conversaciones de barra de bar con los amigotes, el proceso creativo desde casa y los rutinarios actos de presentación de libros y viajes al extranjero.

Roca no se pone el pijama, lo cierto es que se lo quita y deja al descubierto, sin importarle, todo lo que tiene. Demuestra que reírse de uno mismo es una de las mejores recetas para paliar las insensateces de la vida diaria. Rápidamente hace suya la historia y no queda más remedio que acompañarle en la suma de situaciones cotidianas por las que pasa, entre el esperpento, la ternura y el surrealismo. Roca sabe sacar jugo a hechos intrascendentes como el proceso de descongelación de su frigorífico y convertir simples anécdotas en material creativo. ‘Memorias de un hombre en pijama’ construye así otro peldaño en la ascendente progresión de un autor que sabe llegar al público sin bajar el pistón ni conceder licencias ajenas a su voluntad, aunque su continua exposición mediática provoque que, últimamente, haya trabajos suyos que pasen por funcionariales. Esta obra, que en otros casos no pasaría de una simple recopilación y aquí goza de una coherencia insólita, corrobora todo lo positivo.

RAFAEL GONZÁLEZ

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