'TIS PITY SHE'S A WHORE'. Un diez

CRÍTICA DE TEATRO

'Tis Pity she's a whore'
Autor: John Ford
Dirección: Declan Donellan
Escenario: Teatro Español de Madrid, 21 de abril de 2012.

Siempre que llega Declan Donellan con una obra es un acontecimiento. Ya sea con Cheek by Jowl  o con otras compañías –su aventura rusa es un perfecto ejemplo-, se ha de tener claro que se verá un espectáculo extraordinario. El montaje que han realizado con la obra del efectista John Ford –‘Tis Pity she's a whore’-, que merecería un estudio pormenorizado, es un ejemplo de lo que es un perfecto montaje teatral. Ya desde la entrada en la sala, la bellísima Lydia Wilson consigue hipnotizar a un público que contempla cada movimiento suyo como si fuese lo último antes de la muerte. Tras eso un zarpazo y la primera danza. A partir de aquí todo transcurre de corrido.

Es extraño asistir a una representación de un texto de Ford. Es evidente que el autor tuvo como ligera referencia –es sólo una suposición- a Tito Andrónico, no hay pudor en mostrar un corazón, o restos de lengua… Donellan lo traslada a escena con el cuidado suficiente para no resultar desagradable. Es una historia de amor, incestuoso, pero amor al fin al cabo. Pocas veces se puede contemplar una sincronía como la de esta compañía, que no deja ningún fleco suelto. La mayor parte del tiempo todos están en escena, sus movimientos en la oscuridad dejan constancia de que funcionan como un equipo que no duda de un resultado que a todas luces es inmejorable. El descubrimiento que es contemplar a Lydia Wilson –por supuesto el personaje de Anabella es de rabiosa contemporaneidad-  sobre el escenario es ya todo un logro, consigue llenar el proscenio y su modo de recitar el verso –al igual que el resto de la compañía- es una delicia. Está perfectamente acompañada por un elenco que no tiene puntos débiles.

La escenografía es una habitación de una chica que acaba de abandonar la adolescencia a día de hoy,  repleta de pósters de clásicos, de series como ‘True Blood’, de vampiros. Todo evidentemente tiene un claro motivo: la sangre es la vida –o la pérdida de ella-  que diría Drácula.  

La cama como epicentro de la trama, la carne como refugio de anhelos encontrados, venganza, pasiones furtivas, matrimonios de interés, traición, amor, picaresca, violencia, fanfarria, coros, asfixia, muerte, más pasión, más dolor, más amor, más traición…. No le falta nada. Las músicas, los bailes, la iluminación… cualquier elemento consigue crear el clímax necesario sin recurrir a más artificios que los imprescindibles. Es teatro y eso ya es más que suficiente. Donellan deja que sus actores hagan confidencias al público –eso no es ninguna novedad en sus montajes- pero es capaz de colocar al espectador en una situación un tanto agónica. La tragedia se aproxima y ninguno puede hacer nada por evitarla.

Es posible que ‘Tis Pity she´s a whore’  no sólo sea uno de los montajes más potentes de su afinado director, sino que posiblemente sea el más impresionante que ha pasado por la capital en muchos años… ahora que la dirección del Teatro Español va a cambiar ¿se atreverán a traer montajes similares? Sólo el tiempo responderá.

IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ

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