'NEMESIS'. (VV.AA.)





CRÍTICA LITERARIA

'Nemesis'
Autores: Mark Millar y Steve McNiven
Editorial: Panini Comics



PARALELISMO TINTADO DE BLANCO

Los propios autores no disimulan al admitir que Nemesis tiene su origen en Batman, concretamente en imaginar si el Joker tuviese el poder adquisitivo de Bruce Wayne. Todo ello sirve como premisa para dar forma a una especie de antihéroe muy preparado que consigue lo que quiere sin tener piedad alguna. La historia tiene varios vaivenes y vueltas de tuerca que alimentan la incógnita hasta un final que no tiene por qué ser tal. Es posible que todo funcione como un perfecto' storyboard' que pueda ayudar a conformar la película que ya se va a hacer sobre 'Nemesis'; conviene señalar que todo lo que crea Millar se convierte en oro –'Kick Ass'-.

¿Hay buenos y malos? Nadie es perfecto, nadie está libre de culpas y más si es un alto cargo de policía con una aparente vida modélica. La historia no trata de corruptos, sino de modos de luchar contra el aburrimiento, no importa que se sea un católico practicante o un millonario amoral, las normas no rigen, sólo el dinero es el que marca el compás de cada acción. La indumentaria de Nemesis –aunque blanca- también recuerda a la del hombre murciélago. También sus 'juguetitos' son parecidos, pero es la antítesis de lo que el justiciero de Gotham plantea.

La historia es precisa y no deja cabos sueltos, los autores son conscientes de que manejan un buen material y lo miman con delicadeza: cada frase tiene un lugar y las transiciones entre viñetas son potentes. ¿Qué mueve todo?  El porque sí. El juego continuo al despiste y el enmascarado que se encuentra tras lo que acontece, una incógnita que gana enteros conociendo el final. Es entonces cuando habrá que retroceder y analizar ciertas frases y momentos para comprobar que todo estaba muy bien atado. Se agradece que en el final se haya introducido una especie de 'making of' gráfico con partes del guión original y el resultado definitivo, da la sensación de que se humaniza ese proceso creativo.

Evidentemente es ficción –aunque por momentos quiere jugar a aparentar no serlo- y ciertas elecciones, fundamentalmente en las motivaciones, quedan un tanto cojas, pero si el lector las acepta, perfectamente puede pasar un rato agradable con una novela gráfica que en breve formará parte del amplio universo de los 35 milímetros.

IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ

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