'MÁTALOS SUAVEMENTE' De partidas y asesinos


CRÍTICA DE CINE

'Mátalos suavemente' (Andrew Dominik. Estados Unidos, 2012. 97 minutos)
 
¡Con el plantel de actores que posee esta película se puede hacer desde una astracanada a un musical pasando por la animación o el porno! Hay que estar muy convencido de la historia que se tiene entre las manos para arrojarse al vacío y realizar una película basada fundamentalmente en diálogos cara a cara: ya sean en un coche –la mayoría- en un hotel o en un bar. Dominik convence –tras la aclamada ´El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford´- en todo su planteamiento y no juega a hacerse notar de un modo excesivo, controla sus piezas y como él muy bien explica, “el público no dejará de mirar mientras le interese” llegando hasta el último extremo. Este arrojo sólo se ve ligeramente edulcorado al emplear  efectos –a cámara lenta- que combinan con la brutalidad de ciertas escenas, pero en ningún caso estos resultan fuera de lugar.

En una película coral como ´Mátalos suavemente´ hay que ser precisos como Dominik en su elección y los actores son conscientes de que  cada escena que interpretan es casi una propia película en sí misma. Si se extrapolan las secuencias son como los cuadros teatrales. No importa el lugar en el que se desarrollen, porque se trabaja con la verdad y el espectador se aisla del lugar al sentirse dentro y parte de esas conversaciones. Pitt vuelve a maravillar en otro registro –aunque por momentos resuenan ecos de su personaje de la saga de los Oceans, siempre lo tiene todo controlado- al igual que Scott Mcnairy, Ben Mendelsohn, James Galdofini… ¡todos!

La historia se acerca a ser una radiografía de la crisis pero en el marco de  las timbas y de los asesinatos. Siempre alguien busca a otro. Hay que tomar medidas drásticas para volver a la situación anterior. Los asesinos rebajan sus precios para estar en el mercado, en el caso contrario siempre hay alguien que lo hará por un precio más bajo. El tono elegido por Dominik es acertado y nada es demasiado grave, se opta por giros cómicos que hacen llevadera la gravedad de ciertas situaciones. La acción se enmarca en plena campaña electoral entre Obama y McCain, que insertan sus discursos en diferentes momentos. ¿Están tan lejos unos de otros? Jackie –Brad Pitt- lo resuelve a la perfección: “Es mentira. Estados Unidos no está unido. Todos están solos. Estados Unidos es un negocio”. Suena demasiado a este presente asfixiante.

La fotografía está repleta de matices. Capta ese color falto de esperanza que parece llevar consigo Nueva Orleans; la luz que agota la vida de una última cerveza, de una última conversación, no imposta atmósferas, la historia ya las radiografía todas.

La violencia es descarnada por momentos –brutal la paliza a Ray Liotta- en los que no disimula los golpes y los sonidos de estos –bravo a la dirección de sonido-. Los errores y las trampas no se olvidan. Para salir adelante alguien ha de pagar para que todo continúe. No importa si es culpable o no, se necesita una cabeza para instaurar el orden.

El empleo de la música es otro acierto. Juega a mezclar optimismo en momentos trágicos o clásicos en situaciones tópicas. Todo encaja en el puzle para que no haya ningún elemento que cojee en el engranaje. La precisión es un arma que se suma al resultado global.

Andrew Dominik ha sabido realizar una película muy buena sin contar nada extraordinario. Su acierto siempre está en el cómo, y con ´Mátalos suavemente´, ha vuelto a dar en el clavo.

IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ  

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