'SALVAJES'. Divertimento bien filmado


CRÍTICA DE CINE

'Salvajes' (Oliver Stone. Estados Unidos, 2012. 131 minutos)
 
El siempre controvertido, extravagante e interesante Oliver Stone no ha escogido la mejor de las historias de Don Winslow para adaptarla a la gran pantalla –de momento se lleva la palma ´El poder del perro´- pero ha conseguido recrear las imágenes de la novela trasladándola a un terreno en el que el director se siente muy cómodo. Lo primero que hay que elogiar es la brillantez con la que dirige Stone y la soltura que muestra al combinar una multitud de planos –en muchos casos indescriptibles- dotándolos de un sentido que guían sin ofrecer confusión alguna al espectador.

Todo lo realiza en función de una historia –es una ventaja que el propio Winslow forme parte del guión- que comienza de un modo ágil en la que la introducción de los personajes junto con una música apropiada y un montaje a la vez que efectivo y funcional consiguen que el ritmo de la película sea ya vertiginoso desde el arranque. Nada dura demasiado en esta historia que se podría considerar prototípica pero que funciona mucho mejor que otras que basan sus argumentos en secuestros, narcotráfico, tríos, venganzas, corrupción…  En la guerra no hay reglas. Winslow se maneja extraordinariamente bien en todo ese enjambre fronterizo con México  y si tiene de lugarteniente a Oliver, consiguen transformar  ´Salvajes´ en lo que podría ser el comienzo de una relación fructífera. 

El artificio y la destreza que emplean Stone y su elenco divierten a lo largo de más de dos horas. El trío protagonista, liderado por una sensual Blake Lively funciona sin fisuras, porque entre tanto secuestro, drogas, sexo y añoranzas, no hay que olvidar que todo se desencadena por una peculiar historia de amor. La violencia empleada no es ni mucho menos parecida a la que pudo ofrecer en ´Asesinos natos´, pero la capta con un ritmo que no desconcierta ni tampoco llega al exceso. Stone confía en los actores y les da responsabilidades: el elenco rezuma talento y la aparición de Benicio del Toro, Travolta y la ´gran jefa´ Salma Hayek, consigue que la película suba un escalafón más y nada suene a impostado porque sus personajes muestran sus objetivos y son consecuentes en sus evoluciones sin mostrar carencias –aunque la historia las tenga-.

La infidelidad de Stone a la novela llega fundamentalmente en los últimos minutos. El inesperado giro final apoyado en una voz en off algo tramposa que acompaña desde la secuencia inicial, consiguen afirmar una vez más que pese a no ser una gran película, Oliver Stone es sin duda uno de los cinco directores más interesantes, provocativos y eclécticos que existen en la gran industria y que rara vez se traiciona. 

IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ  

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