'PARECÍA UN BUEN FICHAJE'. Miguel Gutiérrez



CRÍTICA LITERARIA

'Parecía un buen fichaje'
Autor: Miguel Gutiérrez
Editorial: Córner (2013)
Páginas: 234

YO TAMBIÉN JUEGO AL FÚTBOL

Hoy pocos se acuerdan de la Ley Bosman. En su momento, mediados de los 90, dinamitó la liga española, constreñida a los cuatro foráneos, uno en el banquillo, en las plantillas de cada equipo. Rompió fronteras, pero fundamentalmente quebró el mercado, lo agitó y mareó hasta volverlo loco. Había algo de opereta en todo lo que se vivió en aquella época alrededor de la bolsa de fichajes. Empezaron a aparecer futbolistas de origen exótico, se puso en el mapa a ligas hasta entonces invisibles y se abrió la veda para la chanza más que para la calidad. La liga profesional no subió de nivel, pero sí creció la diversión. ‘Parecía un buen fichaje’ trae al presentE aquellos años de locura mercantil, una mina de oro sin explotar para el periodismo. Miguel Gutiérrez tira de sus recuerdos y sobre todo de la hemeroteca de los principales diarios deportivos. Escasean, y a veces se echan en falta, los testimonios directos, que elevarían casi hasta lo sociológico, el tono general del libro.

En ‘Parecía un buen fichaje’ se concentran muchos de los ídolos del ‘frikismo’ deportivo. El autor hace bien en ese sentido en tratar con respeto a cada uno de los protagonistas. No se los toma a broma y elabora perfiles lo más serios posibles –apenas se cuela algo de ironía en sus textos-, aunque involuntariamente en el lector no tarde en aparecer la sonrisa ante tamaña acumulación de fatalidades y disparates. Es un trabajo de corte periodístico, de escritura directa y sin apenas literaturizar historias que, por otro lado, darían facilidades para hacerlo, aunque se saldría de la táctica propuesta por el autor. Hay tanta ficción en muchas de estas peripecias (Edwin Congo, Sergé Maguy o Marcelo Sosa –fichaje de cine, ya leerán-), incluso alguna haría las delicias de los mejores autores del surrealismo, que no precisan de un barniz literario.

El aficionado al fútbol se reencontrará en estas páginas con muchos de aquellos futbolistas noventeros que tuvieron sus contados minutos de gloria para después desaparecer misteriosamente. Es ese otro fútbol, el alejado de las portadas, los trofeos y los triunfos, también necesario. ‘Parecía un buen fichaje’ es así un anecdotario en su máxima expresión. A fuerza de rebuscar entre lo ya conocido –el malditismo de Spasic o Prosinecki-, el futbolero sacará jugo a capítulos como los protagonizados por Stan Collymore -61 días en el Oviedo y típico caso de ‘hooliganismo’ sobre el césped, interesantes los extractos de su biografía-, los caprichos de Johan Cruyff, el circo de Jesús Gil y Gil y el despilfarro ilimitado de Lorenzo Sanz. En un tiempo en el que la velocidad lo devora todo, es agradable darse un plácido paseo por la cara B de un fútbol no demasiado alejado en el tiempo pero sí en cuanto a contexto. Aquellos extraños años. 

RAFAEL GONZÁLEZ

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