'TO THE WONDER'. Parejada envuelta en catolicismo



CRÍTICA DE CINE

'To the wonder' (Terrence Malick. Estados Unidos, 2013. 112 minutos)

Los derroteros que está tomando la carrera del excesivamente reputado Terrence Malick dan para pensar mucho. Su discutida ‘El árbol de la vida’ no dejó a nadie indiferente y eso señala que, cuanto menos, la obra tenía algo. Nadie duda de la capacidad técnica de Malick en lo que se refiere a la creación de atmósferas y aspectos visuales, pero una cosa muy diferente pueden ser sus historias.

‘To the wonder’ comienza con un aluvión de imágenes idílicas acerca de las relaciones sentimentales. Los movimientos de cámara continuos son alternados con imágenes grabadas con el móvil en momentos íntimos. Bajo la premisa 'el amor nos convierte en uno solo', el director texano comienza su adoctrinamiento moral. Las frases excesivamente literarias se alternan y encajan en un movimiento que nunca es lineal. Todo puede simular estar construido a base de retazos de un guion que parece haber sufrido un ataque de deconstrucción en fase de montaje. Ya se sabe que uno de los ejemplos más notorios de que una película está viva hasta el final del montaje es cualquier producción de Malick, que no duda en rehacer todo lo rodado. En esta ocasión la supuesta revolución parece haberse quedado a medias.

La voz en off es la que ubica el tránsito de vida que se establece entre los personajes. Al plasmar una supuesta relación maravillosa basada en el compromiso, el amor y la intensidad de cada acción da paso a una siguiente parte, en la que la decepción de las personas ante un fracaso emocional que aparece sin consuelo posible. Los vértices argumentales comienzan a girar lentamente y con maestría direccional se exponen imágenes de los cuerpos desnudos de los protagonistas realizando algo tan trascendental como el amor. Las caricias y las miradas se alternan con los interrogantes acerca de cuál es la verdad y el desconocimiento de lo que existe 'allá arriba'.

El cielo, el aire, la luz del sol entre los árboles, las manos entrelazadas, los rezos, todo forma parte de ese adoctrinamiento moral y religioso –católico- que el director quiere reflejar en cada acción. La intervención de Javier Bardem como un cura al que por momentos le falta fe es fruto de ese anhelo por mostrar el camino correcto a través del cristianismo y sus doctrinas basadas en “el amor como deber”.

‘To the wonder’ es una sucesión de buenos encuadres  con un ritmo cortante y que avanza de un modo rupturista para suponer un curioso contraste con una historia tan doctrinal y aparentemente correcta en la que lo erróneo es apartarse del camino fijado por la Iglesia. No juega Malick a dar un doble mensaje, es claro en lo que expone, pero llama la atención esa forma de predicar por un orden sentimental basado en un desorden expositivo que funciona a las mil maravillas en lo que se refiere al aspecto técnico.

El silencio de Dios como arma arrojadiza entre los necesitados y condenados a muerte por enfermedades es uno de los interrogantes que el Padre Miranda –Bardem- con su omnipresente voz en off no logra responder. Toda la película parece estar más próxima al vídeoarte al que han obligado a regirse por las bases de una historia religiosa, que a una propia ficción. Apartarse del sendero indicado por la Iglesia traerá la ruina personal y emocional; es más, parece llevarte a tu muerte en vida, como señala el plano en el que la bella Olga Kurylenko camina por ese túnel con luz al final –la cabina del avión-.

Goce técnico y desidia en una trama de infidelidades y compromisos vacíos que no ofrece consistencia alguna. Affleck, Kurylenko, Bardem y McAdams deambulan prácticamente mudos en un historia gozosamente iluminada por Emmanuel Lubezki y que el equipo de montadores ha logrado ensamblar para que el espectador pueda continuar interrogándose lo siguiente: ¿dónde está todo lo que le falta a esta historia? Malick jamás dará respuesta. O sí, pero será en los extras.
 
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ

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