'MACBETH'. Talento desbordante



CRÍTICA DE TEATRO

'Macbeth'
Autor: William Shakespeare
Dirección: John Mowat
Compañía: do Chapitô
Corral de Comedias de Alcalá de Henares. 20 de junio de 2013.
Estreno en España

A María

La compañía portuguesa do Chapitô no tiene fisura alguna. Su modo de estrechar el drama con la comedia tiene ya una sólida carrera iniciada en 1996. Lo que resulta absolutamente incomprensible es que no nos visiten más a menudo o que su cartel no quieran situarlo, especialmente a nivel mediático, a la altura de grandes como Peter Brook, Patrice Chereau o Peter Hall.

En esta ocasión, su ‘Macbeth’ desborda creatividad. Shakespeare suele encajar sin demasiada dificultad diversas adaptaciones y contextos. Do Chapitô, consciente de ello, ha puesto toda la carne en el asador y el resultado es más que notable. En ningún momento, aunque la tragedia esté envuelta en altas dosis de comicidad, se fractura el espíritu de la obra creada por el bardo inglés. Desde la primera aparición de las brujas envueltas en niebla el juego comienza a avanzar sin pausa.

La expresión corporal y gestual son grandes bazas en un espectáculo que rebosa profesionalidad, ingenio, destreza y entrega a partes iguales. Con tres micrófonos, un altavoz, unas faldas escocesas y poco más, conforman un ‘Macbeth’ que en nada envidia a ninguna de las grandes producciones que han pasado por España en los últimos tiempos.

Por momentos, la inmediatez del momento actual tiene cabida en su propuesta escénica. A modo de periodistas que acuden en busca de la exclusiva, entrevistan a los intervinientes de la batalla, a los muertos, a los heridos, y todo ello para ofrecer esa información de primera mano que puede llegar a herir sensibilidades, pero que tan presente está en todos los telediarios. En este aspecto ofrece similitudes con aquel primigenio Woody Allen de ‘Bananas’ y su modo de filmar los noticiarios del momento concreto –aquel reportero que grababa ejecuciones o a la pareja protagonista haciendo el amor y retransmitiéndolo en directo–.

El humor nunca es tosco. Conocen sus herramientas y emplean el viento o la mutación de personalidades –los tres actores son todos los personajes, todos hacen de Macbeth, de su mujer o del rey– y en ningún momento el espectador tiene confusión alguna. El empleo de la música –escocesa, evidentemente– y los efectos de las tormentas, el viento y demás fenómenos naturales son elementos que aportan una dosis más de humor a un planteamiento escénico que es portentoso.

El ritmo de la obra jamás se ve lastrado por aquellas pequeñas reflexiones que analizan matices de la obra. Al contrario, ayudan a comprender ciertos aspectos para aquel que no conozca el original. Los roles de los personajes se acentúan para que el efecto trágico pueda tener un calado más hondo. Estas radiografías íntimas están expuestas con claridad –magnífico el rol de Lady Macbeth– y llevan de la mano al espectador a contemplar esas luchas de poder sin ofrecer duda alguna.

En ‘Macbeth’ convergen tres grandes temas: el asesinato, la naturaleza del tiempo y el destino. La compañía portuguesa los desarrolla bajo su caparazón de luz, oscuridad, maldad y tesón acompañados por un análisis del ser humano en todas sus vertientes, añadiendo frases de cosecha propia que consiguen engrandecer aún más una obra que bajo las manos del colectivo do Chapitô –dirección de John Mowat– se ha convertido en una función que entra por la puerta grande del teatro escrito con mayúscula.

IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ  

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