'NEGOCIADOR'. Titubeante



CRÍTICA DE CINE

'Negociador' (Borja Cobeaga. España, 2014. 80 minutos)

La actividad creativa de Borja Cobeaga es admirable. Su alternancia de cortometrajes, medios y largos consigue que esté siempre rodando o escribiendo –no olvidar el éxito de la sobrevaloradísima ‘8 apellidos vascos’-. Para su tercera película larga –en la que interviene como productor- ha querido enrolarse en una aventura conflictiva como son las negociaciones que supuestamente tuvieron lugar entre el gobierno y ETA. Una historia tan ambiciosa y problemática podía ser un buen punto de partida, y más si Cobeaga conseguía hacer uso del ingenio que demostró en ‘Pagafantas’ (2009). 

Pero ‘Negociador’ se queda en esas buenas intenciones. No da un paso adelante y se contamina del respeto que la historia genera de por sí. Hay elementos que bordean el absurdo y son esos instantes en los que la película goza de sus mejores minutos. Lástima que no sean más, porque cierto formalismo se instala en unos acontecimientos que no conforman una determinación sobre la ironía en un punto concreto. 

Ramón Barea defiende con entereza su personaje. Hay frases que entran dentro de una complejidad difícil de resolver y cierta literalidad en el texto hace que este no fluya y la película sufra demasiados altibajos. Josean Bengoetxea defiende su rol “antagonista” y determinados instantes con Barea –en los que citan frases de una mala película que ambos han visto- son muy destacables.  Los secundarios no aportan mucho en sus intervenciones, ni Arévalo, ni Ladoire logran provocar algo más que curiosidad. Uno de los problemas que tiene ‘Negociador’ es la interpretación de ese gran actor que es Carlos Areces. Su papel se ahoga en una propuesta sin gracia que entorpece cualquier avance. Su acento vasco tampoco es regular y la pantomima que se genera obliga a la película a tomarse más como una broma sin gracia que como un producto osado.

La fotografía de John D. Domínguez es notable y se ofrece ese matiz oscuro que pretende tener la historia. Pero son muy pocos rayos de sol los que ofrece Cobeaga y el resultado final de ‘Negociador’ no es alentador. Todo baja, puede ser que debido al respeto, pero es una lástima que tan buenos propósitos en los que el absurdo era el arma clave caigan en un territorio baldío. Talento hay, implicación también, pero no se ha llegado al destino esperado. 

IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ

Publicar un comentario

0 Comentarios