'DIOSES' ('BOGOWIE'). A latido limpio



CRÍTICA DE CINE

'Bogowie' ('Dioses')
Director: Lukasz Palkowski
Polonia (2014). 118 minutos

En la larga lista de héroes silenciosos, aquellos sobre los que no cae la luz mediática, ocupan un espacio básico los dedicados a la medicina. Tanto cine como series tienen en esta profesión un filón, explotado fundamentalmente desde la vertiente sociológica con mayor o menor acierto, más lo segundo. Así, los hospitales son el reflejo blanquecino de lo que pasa fuera de sus desinfectadas paredes. Embrollos sentimentales aliñados con un acercamiento tibio a los quehaceres de la profesión, esto siempre relegado a un plano más discreto. ‘Dioses’ (‘Bogowie’) se aleja de esta tendencia para poner el foco histórico-quirúrgico en uno de esos médicos que en su labor apagada del día a día quiso desmarcarse del entorno, funcionar a su medida, ganarse tantos fieles aliados como disgustos y, a su manera, conquistar un pequeño trozo en el pastel de los avances médicos. Se refiere al doctor Religa, primer cirujano en trasplantar un corazón en Polonia, una acción que en la época del filme, grisáceos años 80, era casi considerado un pecado capital.

Como cualquier biopic que se precie, todo gira alrededor del personaje interpretado por Tomasz Kot, actor polaco de primer nivel ya habituado a biografías vidas compulsas en pantalla como hiciera con el malogrado músico Ryszard Riedel en ‘Skazany na bluesa’. Los secundarios son meros comparsas y sin apenas relieves. Lo interesante está en el dibujo que se hace de este doctor, lejos de las bondades que se presuponen a todo héroe. Cirujano estricto y al mismo tiempo fumador compulsivo y bebedor impenitente. Hombre que antepuso su vida profesional a la personal .Carácter ciclotímico, tiránico en ocasiones con sus colegas. Y, ante todo, un volcán de carisma en erupción, algo que, por mucho que tantos intenten conseguir, viene de fabrica. Gana ‘Dioses’ al mostrar a un personaje herido, incomprendido incluso por él mismo, y de cierta manera antipático para el que intente acercarse. Ni héroe ni tampoco antihéroe. 

‘Dioses’ acaparó galardones en Polonia y ha sabido hacerse con su espacio más allá de su origen. Pese a ser una película profundamente enraizada en su país, hay interés en ese retrato de la grisura de una época que puede recordar a tantas, cargada de prohibiciones, tabús y rebeldías en la esfera colectiva. Lukasz Palkowski narra con brío una historia que se desarrolla a un ritmo elevado y con coherencia. Las operaciones apuntalan lo que pudiera ser un ‘thriller’ al constituirse en un desafío vida o muerte que se traslada a la pantalla con eficacia. Solo una desafortunada por chirriante banda sonora entorpece el visionado. ‘Dioses’ es otra demostración del buen hacer del cine polaco actual, en el que hay vida más allá de ‘Ida’. El debutante Palkowski se suma a la lista de realizadores a seguir procedentes del país europeo con esta historia médica que late a más revoluciones de las esperadas. 

RAFAEL GONZÁLEZ TEJEL

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