'LA LEYENDA DE TARZÁN'. Tarzán Schopenhauer




CRÍTICA DE CINE

'La leyenda de Tarzán' (David Yates. Estados Unidos, 2016. 109 minutos)

Película aburrida y sin alma. Situar a Tarzán convertido en un Lord repleto de capacidades intelectuales, filósofo de la vida y a su vez embajador social no cuadra por ningún lado. Todo comienza de un modo interesante con una batalla en un lugar enigmático. A partir de esta introducción todo va a peor hasta que hace su aparición Samuel L. Jackson, lo que implica que la película se transformará en una orgía de tiros garantizada. Esto es el nuevo Tarzán. Una búsqueda de venganza por parte del jefe de una tribu, los anhelados diamantes a cambio, la esclavitud y el amor de una Jane que juega a ser una muñeca con caprichos y algo de pasado. Un dechado de lugares comunes más propios de un parque temático que de la jungla en África. Qué pena que teniendo películas como ‘Greystoke’ (1984) que marcaron una senda se haya tirado un legado así por los suelos. Los flashback podían haber aportado algo, también la historia de Tarzán con su ‘hermano’, pero nada funciona. 

Hay muy poco en esta aventura insulsa y demasiado larga. La dirección es efectiva en lo que ofrece un guion vacío. Los medios técnicos y los efectos especiales son interesantes, no así algunas interpretaciones. Es una pena que un actor del talento de Christoph Waltz se esté dejando encasillar en papeles tan parecidos y sin sentido. Da la sensación de que se exige poco a sí mismo.

‘La leyenda de Tarzán’ es una película que trata sobre una selva demasiado civilizada con más ecos a Spiderman y sus balanceos por los rascacielos neoyorquinos que a lo que pudo originarse en las palabras de  Edgar Rice Burroughs.

IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ

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