'PARIS ETC'. Capital del yo



CRÍTICA DE SERIE

'Paris etc' (1ª temporada, 2017. Canal + France)

Existe la percepción en Francia de que todo empieza y termina en París. La capital avasalla y engulle, tantas veces en exceso, erigida como termómetro moral del país. Satura, sobrecarga y al mismo tiempo distancia y enternece. No hay una París, sino muchas, infinitas, opuestas, desconcertantes, extremas. La nueva serie ‘Paris etc’, una temporada y doce episodios, se fija en los sustratos altos. El amor, sobre todo, y la familia, copan las preocupaciones de sus protagonistas, profesionales liberales que se mueven en ese París de postal y tan amable que se deja al descubierto en la cámara fotográfica del viajero. Ellas viven en esa burbuja y es, precisamente, su personaje más interesante, la jovenzuela de provincias que llega para hacer unas prácticas y se mueve entre el rechazo y la fascinación de la capital, la única que oscila entre los dos polos, el quedarse dentro, como los privilegiados, o permanecer fuera, los demás. Las referencias a ‘Sexo en Nueva York’ son evidentes (se ha buscado semejanza hasta en el físico de alguna de sus protagonistas), aunque ‘Paris etc’ resta glamour y pone algo más de miseria moral en el devenir de sus protagonistas. Se palpa un interés en dotar de identidad propia al conjunto, con imágenes de archivo histórico de una dulce París, y una impronta personal de estilo. ‘Paris etc’ es una serie agradable visualmente en la que lo que flojean son los guiones, con personajes viviendo al borde continuamente de la histeria, constituida la ciudad en la que viven como la capital del yo. El proceso de descomposición de pareja que sufre Nora y el ya señalado viraje emocional de (in)madurez de la joven Allison -fantástica la escena de la primera cena en el piso compartido, con ese esbozo de simpatías hacia el FN- superan en interés al resto de episodios de esta serie coral que, lejos de radiografiar los muchos Paris que existen, se queda en uno de los más típicos, el chic incluido en el pack de problemas del primer mundo. 

RAFAEL GONZÁLEZ

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