'EL BESO DEL ASESINO' (1955). El buen cine solivianta




CRÍTICA DE CINE

'El beso del asesino' (Stanley Kubrick. Estados Unidos, 1955. 67 minutos)

Busco algo que ver en Filmin que cumpla los siguientes requisitos: que no dure más de una hora y media, que sea un clásico y si es en blanco y negro mejor, y que sea lo suficientemente entretenido para evitar el sopor de la sobremesa que una película que no estuviese a la altura haría que me fusionara con el sofá en menos de lo que canta un gallo. Y una última condición: no haberla visto ya. Y es entonces cuando me encuentro esta pequeña reliquia de Stanley Kubrick titulada 'El beso del asesino' (1955) o 'Killer´s Kiss'. 

Interesante y virtuosa propuesta estética sobre una historia, a mi juicio, sin más, de la que quisiera destacar a continuación aspectos y detalles puramente cinematográficos que me han removido, gustado y soliviantado.

Se me ha quedado grabada en la retina la secuencia en la que la voz en off de la protagonista hablando de su hermana bailarina -entre otras virtudes- cuenta una historia de principio a fin sobre la única acción, dilatada y segmentada hasta la saciedad, de una bailarina actuando en un escenario expresivamente iluminado con un punto de luz. Lo formidable del asunto es que la voz narra un cuento breve y el discurso audiovisual se reduce a estas imágenes de la representación de la hermana bailando. Por un momento he tenido la sensación de ver un corto dentro de un largometraje. Me impresiona la capacidad que tiene el buen cine de jugar con los elementos de que dispone y sacar en el montaje mucho de poco. Esto último lo digo por esta secuencia en concreto. 

La estética expresionista del filme es preciosa y hereda el gusto por la composición y la puesta en escena que Kubrick había desarrollado anteriormente durante su etapa como fotógrafo contador de historias para la revista Look*: alturas de cámara exageradas – contrapicados y picados -, profusión de los objetivos grandes angulares y mucha profundidad de campo como marcas irrefutables del género negro, iluminación dura de luces y sombras en sus diversos artificios escénicos (blackout silueteando a los matones o las luces puntuales que focalizan la atención en una parte del cuadro y dejan el derredor en la penumbra). A estos efectos se les une el trepidante movimiento interno de los personajes en la mise en scene y una música de jazz descriptiva del ambiente neoyorkino, que transmiten con eficacia toda la tensión de esta dramática historia. Qué bien juega con los reflejos en los espejos, con las ventanas, las escaleras, dibujando líneas y estableciendo puntos de fuga que se pierden en un fondo turbio infinito, en un estado en bucle, sin escapatoria para los personajes, en una historia con final feliz. 

Vale la pena detenerse unos instantes en el punto de vista subjetivo del boxeador durante el combate, precursor del 'Toro salvaje' de Scorsese.    

Examinando el atrezzo de la película, es posible encontrar coincidencias de elementos en su interior que aparecen en otras de sus películas. Son objetos simbólicos recurrentes que constituyen lo que podríamos llamar la poética de este director. Así, a bote pronto, de una primera impresión y sin ahondar demasiado, se me ocurre que los maniquíes aparecen también en 'La naranja mecánica' (1971) o en 'Eyes Wide Shut' (1999); el hacha en 'El resplandor' (1980); la pistola que maneja el protagonista parece que se la hubieran robado a algún personaje de 'Senderos de gloria' (1957)– veo aquí hasta la posibilidad de un anacronismo, sino un guiño irónico de un cineasta genial capaz de todo - y así podría seguir largo y tendido con toda una retahíla. 

Kubrick monta con muchos insertos, que usa en varias secuencias con un objetivo por supuesto, rítmico, pero también con la intención significante de acentuar el tono oscuro y despiadado del discurso (véase el ejemplo de los planos detalle de las partes del despiezado maniquí insertados en medio de la pelea en la escena de la lucha en el almacén).

Y así podría seguir enumerando y describiendo puntos eternamente.

En conclusión, esta peli no me ha dejado indiferente y creo que no os dejará a vosotros tampoco. He disfrutado como un enano de esta joya como cuando vi en su día 'Underworld U.S.A', 'Sangre fácil' o 'Elephant', discursos que tal vez no tengan mucho en común –salvo su adherencia a ciertos rasgos de un cine genérico-, pero que por su esencialidad, inteligibilidad y belleza formal, siempre he creído que eran ejercicios didácticos idóneos para dar una clase de escritura y realización cinematográfica en una escuela.

*https://www.youtube.com/watch?v=LRlNtIh9XSM Pequeño corto documental informativo hecho por un servidor para el que investigué los inicios de Stanley Kubrick en la fotografía y su salto al cinematógrafo. 

JORGE BERENGUER ÚBEDA

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