CRÍTICA DE CINE
'El padre' (Florian Zeller. Reino Unido, 2020. 97 minutos)
La obra de Florian Zeller de título homónimo fue escrita en francés en el año 2012. Desde ese momento, ‘El padre’ ha sido un éxito allá en donde se ha representado. En la actualidad sigue cosechando vítores y se representa en varios países a la vez con repartos repletos de figuras de primera línea. El paso al cine era cuestión de tiempo. Lo más llamativo es que es el propio Zeller el que comanda la operación de ponerse tras la cámara y realizar su debut en cine. Teniendo un guion tan sólido el director -autor- ha tenido como reto el estar a la altura en la elección de encuadres. Si a eso le sumamos el magnífico reparto había pocas dudas para apostar por un producto que llevaría consigo el éxito asegurado -premios incluidos-.
El proceso parte de la traducción que del propio texto realizó Christopher Hampton al inglés. El autor y Hampton se pusieron manos a la obra en la adaptación porque en ningún instante lo que se pretendió es que la película fuese teatro filmado. Es cierto, que hay muchas pistas que permiten intuir que se trata de una adaptación teatral pero las diferentes localizaciones ayudan a paliar un efecto que en esta ocasión no es negativo. Los exteriores sí parecen excusas para que no todo sea interior, pero no afecta al resultado.
Cuando Anthony Hopkins dice sí a un proyecto, el mismo crece sin techo y se beneficia de una apariencia que ya potencia todo un entramado que tal y como está planteado no es sencillo. Si a esto se le suma una compañera de reparto como es la magnética y excepcional Olivia Colman todo crece en brillantez. Sus interpretaciones son magníficas, aunque cabe decir que en algunos instantes se debe poner un debe en expresiones y gestos a los que Coleman acude y que llevan a personajes como su reina Isabel II. También Hopkins parece homenajear en algún ataque de furia al siempre ilustre Van Helsing.
No hay trucos en cuanto al argumento: la demencia, pero la misma es tratada de un modo completamente diferente a lo visto hasta el momento. El desconcierto que se produce en los primeros cinco minutos de película es fabuloso para que el espectador intente dotar de sentido a ese puzle de figuras, cuadros, ubicaciones y pérdidas. ¿Qué sucede? ¿Esto qué es? Ahí es donde el autor francés exige al público que intente estar activo. No sucede nada tal y cómo es narrado, simplemente es la cabeza de Anthony -incluso la fecha del cumpleaños del personaje es la misma que la de Hopkins- la que comanda las acciones. Hay un elemento en ese desarrollo que acerca la historia al terror y al thriller angustioso que supone ser esa persona que padece la enfermedad. No emplea planos subjetivos para situar a nadie, simplemente filma las escenas y lo hace de una forma muy inteligente. Planos perfectamente construidos en los que los actores se manejan con soltura. Todo el elenco es perfecto. El rompecabezas se va entendiendo, aunque en algún instante hay reiteraciones prescindibles, pero el resultado es notable. La amargura de la historia es acorde al ritmo elegido por el texto y la dirección. ‘El padre’ es una película buena, hiriente y magistralmente terminada en su factura. Veremos si continúa con la trilogía -ya planteada con ‘El hijo’ y ‘La madre’- o el director surca un nuevo desafío.
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ
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