‘TRAS LOS NÁUFRAGOS (CUADERNO DE NOPOEMAS)’. Crónica del desasosiego.

 


Crítica Literaria.

Tras los náufragos (cuaderno de nopoemas’)

Autor: Iván de la Casa

Editorial: Iván de la Casa edit.

Páginas: 65.

    La obra de Iván de la Casa ofrece verdad. Su libro anterior ‘Ensayos del olvido’ publicado por Antígona ya era una muestra valiente de textos que jamás disimulaban el dolor o el compromiso y ahora, con ‘Tras los náufragos. Cuadernos de nopoemas’ ha conseguido dar un paso más en cuestión de honestidad y valentía extrema.

    ¿A qué género pertenecen este conjunto de textos? Sería imposible indicar que a uno solo. El propio autor en su manifiesto nopoético indica que los nopemas “no tratan de llamar la atención de nadie…pero que tienen algo de objeto incómodo… y que dicen aquello que es necesario decir; y nada más”. Esto no deja de ser una verdad que en ocasiones asfixia por la integridad que desprende cada uno de ellos. También indica que “son objetos descuidados, casi sin pulir”. Esta afirmación puede despertar más dudas debido a que sí que se aprecia en los mismos un acabado solemne y preciso en toda su intencionalidad.

    El autor se adentra en los naufragios y en los diferentes tipos que existen. La sangre y el desasosiego van por dentro e Iván de la Casa se expone quedando prácticamente desnudo. Hay un lamento que nunca es maniqueo. Es osado y siempre avisa de ese derrumbe con el que se convive.

    La estructura por la que se ha optado resulta embriagadora porque lo que en un principio podría pensarse como textos independientes a medida que se avanza en su lectura, el lector se percata de que los mismos conforman una unidad que une la reflexión de un protagonista que no duda en golpearse con dureza, pero a su vez ofrece aspectos sociológicos de una sociedad que se descompone. Tampoco renuncia a ofrecer la crónica política en la que nuevamente la decepción y la desilusión se instalan.


    Palabras como suicidio y hundimiento están unidas y en su propuesta parece dialogar directamente con la literatura de Eduard Levé, concretamente con su último volumen, ‘Suicidio’ (2008). Los pensamientos escalofriantes de de la Casa en ese descenso que retratra se unen a recuerdos que se agolpan y martirizan y que no solo tienen relación con el fallecido escritor francés, con el coincide también en su condición de artista. Conviene señalar que de la Casa es autor de la serie de ilustraciones que acompañan al volumen y que están cargadas de significado.

    El autor también posee ecos de aspectos bukoskianos que se enlazan con la ‘Trilogía del vagabundo ‘de Hamsun en esas páginas en las que se radiografía un sentir difuso que baraja la posibilidad de acabar siendo un vagabundo o quizá ejerciendo su derecho al suicidio. Este aspecto planea por muchas de sus páginas. El reflejo de esa persona en un espejo que condena aún más a un autor que prefiere no verse en su propia imagen. Son las reflexiones más personales donde el libro gana más enteros, aunque todo oscile entre el derrumbe y la autodecepción sin consuelo.

    Tampoco se elude el árido camino que lleva el llegar a un editor y las destemplanzas que eso produce. El viaje por ese cuaderno de recuerdos no huye de personas y de mujeres que terminan por no estar en esa vida que reclamaba ese gesto o esa caricia en cines de un ayer que ya solo existe casi como recuerdo de que una vez se fue feliz. Eso sí, ‘Tras los náufragos’ concluye con una última línea de esperanza y se agradece.


    La trayectoria de Iván de la Casa debe continuar y puede ser un camino la creación de ‘nopoemas’ en los que nada se esconde.

 


 IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ

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