`AL ROJO VIVO´. ¿De qué nos hablaban en 2008?

 


Siempre he considerado que recolocar los libros de una biblioteca privada, para quienes amamos los libros, es un acto de amor que nos lleva a regresar a los recuerdos o que avivan aquellas contradicciones que causan dolor. Una vez pasados los cincuenta uno se plantea si esos tiempos pasados eran mejores y puede que no lo fuesen

Para los lectores que admirábamos a Almudena Grandes la noticia de su fallecimiento fue un mazazo. No diré que la conocí, no soy tan presuntuoso, pero sí coincidimos en varias ocasiones, desde presentaciones de libros a actos políticos. Donde sí la vi fue en la visita que hizo al instituto público donde cursaba sus estudios mi hija. Una sala abarrotada de adolescentes en la que los habló de la relevancia que poseía el leer, el compromiso político y el tener referentes femeninos. Toda una lección de vida. Ella podría no haber ido a ese encuentro en un instituto del sur de Madrid, pero no, ella vino.

Dicho esto, al encontrar ‘Al rojo vivo’ en mi biblioteca me han venido a la mente, que, en las decenas de artículos que se han escrito sobre la obra de Grandes y sobre su muerte, este título no ha aparecido mencionado en ningún medio. Título que coincide con una infame tertulia política dirigida por un infame periodista en una infame cadena de televisión. Supongo que será mera coincidencia.

‘Al rojo vivo’ es un ensayo publicado en 2008. Acompaña a Almudena Grandes en su autoría, Gaspar Llamazares, en ese momento coordinador general de Izquierda Unida. Se trata un ensayo dialogado en el que conversan dos personas con profundas convicciones progresistas. Tratan asuntos que van desde el estado del bienestar, (o “medioestar” como lo llama Llamazares), hasta los medios de comunicación, sin olvidar lo que significa el republicanismo, pasando por el futuro de IU, eso sí,  sin saber lo que vendría después.

Dicha conversación comienza directa y ambos interlocutores se preguntan que desde cuándo tienen conciencia de ser de izquierdas y cómo les ha llevado esa conciencia a seguir teniendo estos postulados políticos. Platican sobre el estado del bienestar, la sociedad de consumo y de cómo esta sociedad de consumo acapara todo tipo de relaciones: desde el amor al ocio, pasando por el sexo.

También se toca el tema del ataque con armas de destrucción masiva a los servicios públicos de Madrid. Hablan de la privatización de la sanidad -¿nos suena?- y de Madrid como un laboratorio del neoliberalismo cañí. Analizan referentes conocidos, como Gorki, autor de ‘La madre’, o eso que llamaron “socialismo realista”, de Gransci. También mencionan a Matilde Landa y José Día, pasando por el historiador Manuel Tuñon de Lara. No se olvidan de militantes anónimos a los que la democracia de este país les debe tanto, como a Simón Sánchez Montero, todo un ejemplo de militancia y honradez.

Analizan el papel histórico del PCE en este país, y de la maldad y utilización que hace la derecha con relacionarlo con la barbarie estalinista y todo lo que supuso, aun a sabiendas de que nada tuvo que ver -¿nos suena?-. Nos hablan de las disputas de Carrillo y Semprún y exponen como Solé Tura fue un visionario cuando al poco de firmar la constitución del 78, haciendo autocrítica dijo aquello de “habría aceptado algunos otros títulos que combinase la unidad nacional o el tema de las autonomías o el papel del ejercito o la iglesia, en vez de la ley electoral”. Únicamente una inteligencia como la de Solé Tura -uno de los padre de la constitución del 78- lo vio venir.

Exponen el papel de los medios de comunicación, y su poder. Almudena hace una premonición tan actual como “Estamos llegando en España a unos extremos obscenos en que los partidos políticos no tienen medios de comunicación, sino que los medios tienen partidos propios”.

Conversan sobre el futuro de IU, de la correlación de fuerzas con el PSOE, de republicanismo, de Europa, pero fundamentalmente exponen una crítica a la falta de la visión de la “izquierda transformadora” en cambiar el chip y adaptarse a los nuevos tiempos. Recuerden, esto en 2008 -¿nos suena?-. Hablan sin hablar porque entiendo que no sabían lo que venía. Desconocían la falta de respeto a la disidencia interna en los partidos, De eso saben mucho los envejecidos que se denominaron “la nueva política” y si no que se lo digan a uno de Málaga que se crió en Logroño, y que ha llegado a ministro y que con el brindis de un botellín vendió una organización y que por supuesto, expulsó a Llamazares.

‘Al rojo vivo’ empieza con un maravilloso prólogo de José Luis Sampedro que finaliza con la siguiente reflexión: “Pero hoy, en el aquí y ahora, cuando se nos amenaza con el fin del “relativismo moral”, es decir la imposición del dogma, del mal llamado “pensamiento único”, es necesario pararse a reflexionar, tomar conciencia y plantearse la necesidad de luchar cada cual en su ámbito y a su nivel por un mundo mejor, más justo y equitativo”

Léanlo. Soy un lector que me represento a mí mismo. Como explica José Luis Sampedro, lucho por un mundo mejor, más justo y equitativo desde mi posición. Eso sí, seguramente más burguesa que en el 2008.

 FERNANDO CAMACHO             

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