Crítica de cine.
`La isla de Bergman´. (Mia Hansen-Løve. Francia, 2021. 112 minutos).
La autoficción vuelve a primar en un proyecto que desarrolla un boceto que no terminar de
respirar. Mia Hansen-Løve, en consonancia con su alter ego fílmico, parece no
haber sabido sacar partido al potencial que supone un enclave tan especial. La
pareja de directores en esa isla en la que Bergman vivió, trabajó, amó,
decepcionó y se ilusionó, está expuesta sin mucho interés más allá del lugar
común. Visitas a lugares estratégicos, lecturas, visionados, charlas de la
pareja de la protagonista, un Tim Roth con demasiados ecos a Oliver Assayas,
pero poco más.
La escritura no llega y la historia avanza entre la
biblioteca de Bergman, sinsabores creativos y excursiones. La cena que se
produce con los miembros de la Fundación Bergman tampoco es muy sugerente, la
misma podría tener el precepto de que hay que hablar de Bergman y de que uno de
los personajes pregunte obviedades. Curiosamente, lo más llamativo, es que la
persona que pregunta, Chris, es seguidora del director sueco.
Las dudas que el personaje mantiene solo son esbozadas para
perderse en nada. ¿Cómo seguir su historia? ¿Tiene sentido? ¿Qué le sucede en
su relación? La trama no arranca y termina varada. Para continuar y aportar
material a la película, la directora decide realizar cine dentro del cine y su
historia cobra vida en la pantalla, inclusive, ella aparece como parte del
entramado. Esta parte, alejada de la propuesta inicial, sí resulta más
interesante. En ella se plantea una propia historia bergmaniana que sucede en
la isla. Es importante que dos actores tan mayúsculos como Mia Wasikowska, Anders Danielsen Lie den vida a esa pareja
de antiguos amantes que se reencuentran con heridas que aún no han cerrado. A
medida que se va desarrollando esta historia continúan los devaneos entre la
pareja de directores. Se enuncia una distancia, pero nada más. Chris parece ser
ella misma cuando está alejada del director. Su excusión a la playa con ese
compañero es divertida.
‘Las isla de Bergman’ posee diferentes frentes abiertos hacia
ningún lugar. No es incómoda de ver, pero tira por tierra una posibilidad
enriquecedora de realizar algo diferenciador. La autoficción propuesta contamina
propósitos de más envergadura. Asistiendo al resultado, la historia
protagonizada por Waikowska- cada vez mejor actriz- hubiese merecido más tiempo
y la relación de los pareja protagonista mucho menos, porque de haberlo tenido,
tendría que haber quitado el freno de mano para radiografiar lo que supone
cierto tipo de vacío.
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ
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