'EL CUERPO MÁS BONITO QUE SE HABRÁ ENCONTRADO NUNCA EN ESTE LUGAR'. Mr Arquillué.




Crítica teatral.

`El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar

Autor: Josep Maria Miró 

Director: Xavier Albertí

Teatro: La Abadía.


La obra de Josep Maria Miró se beneficia de la talla de Pere Arquillué y realza un texto que, en sí mismo, no invoca nada especialmente original ni diferencial, aunque está bien trenzado y desgranado en torno a un horrendo crimen en un ambiente de pueblo, prejuicios, prostitución, abusos, amantes, cerrazón y un largo etcétera de lugares ya escuchados.

Todo ello se olvida en el momento en el que Arquillué abre la boca y da vida a todos los personajes que, de un modo u otro, rodean la vida del asesinado Albert, un chaval de 17 años que ha aparecido con partes de su cuerpo mutiladas. El propio Albert, muerto o casi muerto, es el que da el pistoletazo de salida y va situando al espectador en la barbarie que se ha cometido en ese pueblo en el que, aparentemente, jamás pasa nada reseñable, pero en realidad pasa demasiado. Arquillué comienza su recital de gestos, voces, miradas, lamentos, gritos, miedos, traiciones y amputaciones, esta vez emocionales. No hay ni atisbo de exceso, cada interpretación es llevada con mesura y las pocas exageraciones que hay son acordes al personaje al que se da vida. Se nos va presentando a algunos habitantes del pueblo y el pasado lacerante que cohabita, condena y asesina empieza a conformarse. Un pueblo donde nada cicatriza y en el que el silencio envuelve posturas fingidas. ¿Importa realmente quién es el asesino? No es un thriller, aunque por momentos coquetea con el género, pero lo importante no el el "quién lo ha hecho" y el motivo se va intuyendo al descubrir quién es Albert y el fervor que despierta en todo aquel que le conoce.

Toda la concepción del espectáculo parece estar íntimamente ligada a ‘Teorema’ de Pasolini, especialmente en la figura de ese visitante, Albert, que descoloca a la familia, pero también se intuyen ecos faulknerianos en la justificación de cada monólogo y la presentación del coro de personajes. Salir airoso de esta propuesta es una tarea muy complicada, pero Pere Arquillué es prodigioso y ofrece una de las interpretaciones más brillantes de los últimos tiempos teatrales. Ese manejo del tempo y las expresiones de cada personaje y cómo va incorporando cada yo interior es trabajado con sumo mimo y consistencia. Una interpretación agotadora para un actor, que casi simula ser un médium entregando su cuerpo a cada personaje para que comunique su historia con cada frase y gesto. 

La disposición escénica es magnífica. Simplemente un foco dirigido a Arquillué. En ocasiones, se producen diferentes estallidos en los que una parte de la iluminación de la sala se enciende para interpelar al público como parte del pueblo. El actor apenas se mueve, salvo en las transiciones entre personajes. El texto cobra otra dimensión en su figura. Es tan intenso y progresivo que toda la atención está centrad en el actor. No hace falta nada más. Pese a la notable propuesta de Xavier Albertí, la parte final apuesta por remarcar algo que no es necesario mediante una tela enmarcada con luz roja al fondo y una música demasiado alta, para enfatizar el drama, que rompen en gran medida con la línea que había sustentado el espectáculo. ‘El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar’ roza la excelencia gracias a un Pere Arquillué que ofrece un monólogo interpretativo pocas veces visto.

LAURA LÓPEZ LEDESMA E 
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ

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