OPINIÓN
¿Por qué Un brillante rayo de oscuridad es una novela superior a Miércoles de ceniza?
El éxito que obtuvo Un brillante rayo de oscuridad llevó a la editorial Berenice a publicar Miércoles de ceniza, pero hay que tener en cuenta, y mucho, que Miércoles de ceniza no es una nueva novela de Hawke: es muy anterior y, en la comparativa, sale derrotada. Por ello, no hay que pensar que se trata de un texto actual fallido.
Ethan Hawke, ampliamente conocido por su trayectoria como actor, ha demostrado con el paso de los años una sorprendente solidez como novelista. Sus dos obras más reconocidas, Miércoles de ceniza (2002) y Un brillante rayo de oscuridad (2021), representan dos momentos fundamentales en su carrera narrativa. Aunque ambas novelas comparten temas como el dolor, la redención, el amor y la masculinidad en crisis, existe un salto cualitativo evidente entre ambas. Vamos a exponer, con argumentos literarios y temáticos, que Un brillante rayo de oscuridad es una novela claramente superior a Miércoles de ceniza.
Miércoles de ceniza es una road-novel protagonizada por Jimmy Heartsock, un joven militar —que desprecia al ejército—, y Christy, su novia embarazada. Ambos emprenden un viaje desde Albany hacia el sur de Estados Unidos. El relato está narrado en primera persona, alternando las voces de ambos personajes. El trayecto físico sirve como excusa para un viaje emocional, donde la pareja se enfrenta a la posibilidad del compromiso, la fe y la construcción de un futuro compartido, acompañados por ese eco traicionero del pasado.
Por su parte, Un brillante rayo de oscuridad se centra en William Harding, un actor de renombre que atraviesa una crisis pública tras un divorcio escandaloso. La novela narra cómo Harding encuentra refugio en el teatro al encarnar al personaje de Hotspur en una producción de Enrique IV de Shakespeare. A través de la experiencia teatral, el protagonista se enfrenta a su ego, su vacío emocional y su necesidad de redención.
Mientras que la estructura de Miércoles de ceniza es lineal y clásica, la de Un brillante rayo de oscuridad es fragmentaria y teatral, con una división que recuerda los actos de una obra. Esto aporta densidad y ritmo, y permite una mayor complejidad formal y simbólica.
En Miércoles de ceniza, el estilo de Hawke es sencillo, directo y emotivo. Utiliza un lenguaje cotidiano con algunos destellos poéticos, en especial en las descripciones paisajísticas y los monólogos interiores. Sin embargo, el uso de la alternancia de voces no siempre se sostiene con la necesaria diferenciación de registros, y algunos pasajes resultan reiterativos, ingenuos y vacíos.
En cambio, Un brillante rayo de oscuridad muestra un dominio mucho mayor del lenguaje, con una prosa más aguda, irónica y autorreflexiva. El narrador es autoconsciente, y las reflexiones sobre el arte, el dolor y el sentido de la existencia están imbricadas con escenas cotidianas llenas de tensión emocional. El humor ácido y el sarcasmo contribuyen a matizar el dramatismo sin caer en el patetismo.
Ambas novelas tratan sobre hombres perdidos que buscan una forma de reconciliarse con el mundo y consigo mismos. No obstante, Un brillante rayo de oscuridad ofrece una mayor profundidad psicológica y filosófica.
En Miércoles de ceniza, el tema central es el miedo al compromiso y la necesidad de madurar. El protagonista representa al joven confundido que se debate entre la libertad personal y la responsabilidad. La dimensión espiritual es importante: hay referencias a la fe católica, a la culpa, a la posibilidad del perdón. Pero estas referencias son tratadas de forma algo superficial, sin demasiada exploración crítica.
Por el contrario, Un brillante rayo de oscuridad se adentra con valentía en la experiencia del escarnio público, el narcisismo, la masculinidad frágil, la necesidad de redención a través del arte. William Harding no solo busca redimirse ante su expareja o sus hijos, sino ante su propio ideal de humanidad. La novela explora el sufrimiento como vía de transformación, y lo hace sin concesiones ni idealismos. El teatro, en particular el texto shakespeariano —es prodigioso el manejo que posee del Bardo—, funciona como espejo simbólico: Harding representa a Hotspur, un personaje que también encarna el orgullo, la impaciencia y la pasión destructiva. Esta identificación entre personaje y actor enriquece la narrativa y la convierte en una metáfora poderosa sobre el proceso creativo.
Jimmy y Christy, los protagonistas de Miércoles de ceniza, son convincentes en sus contradicciones. Sin embargo, sus evoluciones se perciben algo forzadas hacia el final, como si la necesidad de cierre prevaleciera sobre la verosimilitud emocional -incluyendo ese pasado que jamás se esfuma. Christy representa una imagen idealizada de la mujer sabia y serena´-aunque con ciertos desequilibrios-, mientras que Jimmy cumple el rol del hombre inmaduro en proceso de aprendizaje.
En Un brillante rayo de oscuridad, William Harding es un personaje mucho más complejo. Está plagado de defectos, y la novela no intenta redimirlo artificialmente. Su crecimiento personal es lento, lleno de recaídas, dudas y momentos de lucidez intermitente. Los personajes secundarios, como el director teatral, los actores o los técnicos, también están retratados con matices y enriquecen el universo narrativo con sus voces propias.
Uno de los aspectos más logrados de Un brillante rayo de oscuridad es su dimensión autorreferencial. Es evidente que Hawke se inspira en su propia experiencia como actor para construir a William Harding. Sin embargo, la novela no es una autobiografía disfrazada: está literaturizada con inteligencia, y el yo ficcional se convierte en espejo de una generación masculina expuesta al juicio mediático.
La metatextualidad alcanza su punto máximo en la representación teatral. El teatro no es solo un telón de fondo, sino un campo de batalla simbólico. Harding descubre que el arte exige humildad, entrega y verdad emocional. Esta toma de conciencia se transmite al lector con una potencia literaria que evoca a Philip Roth o David Foster Wallace.
La comparación entre Miércoles de ceniza y Un brillante rayo de oscuridad no pretende desacreditar la primera, que es una obra valiosa dentro de la narrativa contemporánea americana. Sin embargo, la madurez narrativa, la complejidad estilística, la profundidad filosófica y la audacia estructural de la segunda la convierten en una novela muy superior.
Con Un brillante rayo de oscuridad, Ethan Hawke se consagra no solo como un actor sensible, sino como un escritor portentoso, capaz de explorar las zonas oscuras del alma humana y convertirlas en arte. En este sentido, su evolución como novelista es ejemplar: ha pasado del joven que narra desde el corazón al artista que escribe con el corazón, la cabeza y la memoria.
No cabe duda: Un brillante rayo de oscuridad es una de las novelas más intensas y logradas de la narrativa americana reciente, y confirma que Ethan Hawke no solo actúa bien, sino que escribe aún mejor.
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ
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