'VENGANZA: CONEXIÓN ESTAMBUL'. Una familia en apuros de nuevo


CRÍTICA DE CINE

'Venganza: Conexión Estambul' (Olivier Megaton. Francia, 2012. 91 minutos)
 
El éxito de la primera parte de ´Venganza´ sorprendió a propios y extraños. Los números de taquilla superaron cualquier cálculo previsto, así que no podría escaparse una secuela basándose en los mismos ingredientes. Esto sólo es así en la teoría, porque la segunda parte dista mucho de la primera.

Aunque ambas son un producto de consumo rápido, la primera bucea en el tema de la trata de blancas y eso le sube un escalafón, todo se resolvía de un modo correcto y las coreografías eran muy reseñables. Su secuela trata de coger el testigo pero éste le queda muy lejos. Los intentos por normalizar la vida familiar ralentizan un principio que parece que nunca se acaba. Los ajustes del guión para tener a la familia en Estambul son torpes, también lo es el ansia de Venganza de los "afligidos".

Toda la parte introductoria es más larga que la resolución de la trama que es tan sencilla e inoperante como vanos son los esfuerzos de los “malos” por acabar con el personaje interpretado por Liam Neeson –ya un experto en cine de acción-. La empatía con su hija, su capacidad de ubicación, su empleo de las artes marciales… le convierten en una persona muy peligrosa para quien se ponga en su camino –aunque sea el novio de su hija-.

La dirección de Olivier Megaton es mucho menos hábil que la de su predecesor, pero el guión tampoco le ha dejado mucha manga ancha para poder lucirse. Las coreografías son poco ingeniosas y por momentos se dificulta su visión. La sencillez y la previsibilidad de cada giro de la trama la convierten en un producto menor. Aunque  se ve con comodidad y no desagrada, posiblemente el resultado quede anclado ya en la nada –pero con dinero- que provocan algunas secuelas en las que se olvidan que hay que trabajar en el guión para que pueda salir una película –por muy bonita que salga Estambul-.

IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ  

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