'DESDE BERLÍN'. Si Lou levantase cabeza



CRÍTICA DE TEATRO

'Desde Berlín. Tributo a Lou Reed'
Autores: Javier Cavestany, Pau Miró y Juan Villoro
Dramaturgia y dirección: Andrés Lima
Matadero Madrid. Hasta el 7 de diciembre

Curioso álbum ‘Berlín’. Todo está rodeado de un malditismo que lo hace aún más grande. Lou Reed jamás lo pudo tocar en directo hasta que Julian Schnabel en el 2007 lo filmó. Toda esa revolución que provocó el disco no fue reconocida hasta demasiado tiempo después.

Andrés Lima ha decidido jugar con los homenajes al disco y ha creado un montaje en el que, como viene siendo ya demasiado habitual en él, ha primado la concepción de espectáculo visual más que algo propiamente teatral. La propuesta consiste en desmigar las canciones del álbum según los impulsos por los que hayan transitado las diferentes inspiraciones de Cavestany, Villoro y Miró. Se agradece que haya sido Lima quien haya intentado poner en orden esa reunión de tópicos que han creado los dramaturgos. El problema es que ni el propio director ha sabido dar consistencia a palabras tan falsas.

La pareja, la heroína, el maltrato, las idas, las venidas, el amor grandilocuente, las despedidas y las pérdidas están torpemente reflejadas. Andrés Lima es capaz de generar un espectáculo delicioso en lo que a visualización se refiere. La música insertada en las imágenes, las sombras de cada personaje, de nuevo la música y la voz de Nathalie Poza sí consiguen ese propósito sensual y sugerente. El problema es que todo está construido bajo un prisma en el que la originalidad ha brillado por su ausencia y Lima parece solo haberse preocupado por instantes visuales sin importarle qué se diga ni cómo se haga.

Partir de unos textos tan flojos consigue que la concepción de Berlín sea demasiado pobre y el homenaje se transforme en algo tan pomposo como carente de sentido. Si no se trabajan los textos es muy difícil tener un resultado que no vaya más allá del anecdotario, como es el caso. El trabajo de los actores es respetable, fundamentalmente porque lidiar con palabras tan artificiosas es muy complicado, pero salen adelante defendiendo sus roles.

La escenografía de Beatriz San Juan sí es interesante y sí se ajusta a ese universo de ‘Berlín’, pero es un premio escaso en un conjunto que no va más allá de un tenue videoarte que poco tiene que ver con la crudeza que expuso Lou Reed en sus canciones.

IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ

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