CRÍTICA DE CINE
'Fuego' (Luis Marías. España, 2014. 90 minutos)
José Coronado sigue acumulando minutaje como policía. Alguna lengua viperina puede decir que pasa más tiempo enseñando placa que enfocado en la interpretación. ‘Fuego’ se suma a su cada vez más extensa filmografía de tipo duro y de vuelta de todo. Lo cierto es que apenas se sostiene por el lado de la poderosa proyección en pantalla del actor madrileño. Todo lo que se cuece en esta pequeña pieza de género gravita alrededor de su figura, aunque Marías plantee la historia sobre temas aparentemente potentes como el terrorismo etarra, el perdón, la venganza y hasta incluya un personaje bisagra atípico en este tipo de producciones.
El cineasta demuestra honestidad a la hora de mover las piezas. La puesta en escena es coherente con el material que maneja. Marías sabe tocar la partitura del género negro y en ese sentido es honesto y su película encuentra el tono la mayor parte del tiempo. Eso no quita que se esté ante una producción fallida. Le pesan las interpretaciones (alguna directamente impropia de un trabajo profesional y que da al traste con la subtrama de la hija del protagonista) y un guion endeble y que hace aguas por muchos costados. El pacto de ficción que propone exige al espectador mirar hacia otro lado en demasiadas ocasiones.
Por esos dos agujeros se escurre ‘Fuego’, de la que poco se puede rescatar, más allá de la valentía de proponer un cóctel tan arriesgado por parte del director y su afán por reivindicar un cine de género que apenas se ve en este país. No levanta chispas ni en su tibio arranque, con esa escena que debía ser el motor que moviera las pulsiones de su protagonista, ni su epílogo, que sustituye la tensión por una puesta en escena casi coreografiada de voz y movimiento. De esta manera, más que fuego, lo que deja esta película son las cenizas de un chispazo que se apagó con más facilidad de la esperada.
RAFAEL GONZÁLEZ
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