CRÍTICA DE CONCIERTO
Candidato Domínguez
Teatro de La Puerta Estrecha (Madrid)
Todos los viernes de octubre y noviembre
El Candidato sale tenso a escena. Le espera el púlpito y delante un buen puñado de espectadores. Pronto se arremangará, su camisa pulcra se desbordará por la cintura y aflojará el nudo de su corbata. No hay que entender estos detalles de vestuario como otra muestra de esa nueva política informal que llega, sino como la demostración de lo cómodo que se siente en su papel, derribadas rápidamente las barreras que le separan de los asistentes. Ese muro inicial está en muchas ocasiones formado por el desconocimiento ante lo que van a ver, porque el perfil del Candidato Domínguez es complicado de trazar. Es una combinación entre viejo juglar, domador de palabras, músico de soledad y teatrero canalla. A la mezcla se le añade el poder de convicción de los mejores políticos, el que conquista sin recurrir a las falsas promesas y sin la necesidad de ponerse una careta. El Candidato disfruta más a ras de tierra, situándose al nivel del público, dándoles voz y la posibilidad de expresarse y formando juntos una simbiosis que lleva al mitin a la mejor de las resoluciones.
La cercanía del periodo electoral ha obligado al Candidato a multiplicar su presencia. Estará en el Teatro de La Puerta Estrecha de Madrid todos los viernes de octubre y noviembre. Inauguró sede la pasada semana. Desde el inicio se desencandenó entre ambos lados del ring, púlpito y grada, un hermoso combate pugilístico en el que los dos contendientes intercambiaban palabras y acordes de guitarra. El guion del Candidato se va escribiendo al instante, nada está preparado ni resulta artificioso. Lee y escucha las palabras que le sugieren y enseguida las conecta, las enlaza, las estruje y las introduce en medio de una canción. Todo es creación automática y con lógica, Gianni Rodari estaría orgulloso. Su discurso se conforma así a base de un guitarreo gamberro y emotivo, según toque, adornado por historias surgidas del aquí y ahora. Mientras muchas son descendiente del momento que toca vivir, incorporando neologismos de última hora como ‘fofisano’ y siendo protagonizadas por personajes de actualidad, otras van por rutas más clásicas y suenan alejadas de toda referencia contemporánea, pequeños cuentos surgidos de la mente a mil revoluciones de su autor.
El motor del Candidato Domínguez va in crescendo y se desata cuando los asistentes ya dominan la mecánica propuesta por este ideólogo de una nueva forma de hacer política: su única promesa es la de hacer canciones, solo eso, canciones. Que corra la voz y que se dé a conocer, porque este Candidato Domínguez merece ir sumando votos, aumentar afiliados y aspirar a un escaño entre los mejores del circuito de la improvisación musical.
RAFAEL GONZÁLEZ
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