CRÍTICA DE CINE
'Yo, él y Raquel' (Alfonso Gómez-Rejón. Estados Unidos, 2015. 105 minutos)
El cine en el que los adolescentes cercanos al cambio crucial que supone el año anterior a su ingreso en la universidad atraviesa una época dorada. Títulos como ‘La ventaja de ser un marginado’ (2012) han servido para marcar una especie de guía para poder mostrar un periodo vital tan apasionante como convulso.
‘Yo, él y Raquel’ es una película con personalidad. Juega con el espectador pero nunca lo hace a modo de trampa, sino para aportar ciertos ditirambos a una propuesta que surca diversas fases pero que en ninguna se queda descolgada. Consigue que todos esos miedos, relaciones, anhelos, desgracias, proyectos, desilusiones, camaraderías y lágrimas se unan en una dirección firme y sean conscientes de ese cambio estructural al que se enfrentan los personajes.
Pese a ser una historia en la que se podría haber caído en el melodrama, el guion no permite que eso suceda y elude los posibles baches con talento e ingenio. Todas las pequeñas subtramas cinematográficas con la base de homenaje fílmico -los protagonistas hacen reversiones de películas- dotan de una particularidad muy plausible la propuesta. La dirección de Alfonso Gómez-Rejón es particular en sí misma. Por momentos parece hacerse notar en demasía pero en su conjunto sí se encuentra una fundamentación a esa propuesta volátil y casi independiente a lo que cuenta.
Posiblemente sea esa conjunción de elementos la que consiga dotar de fuerza a una historia en la que las madres, el futuro, el miedo, la desaparición, la amistad y la decepción se unen para conseguir un resultado verosímil y acertado.
Posiblemente si en los institutos realizasen ciclos con este tipo de películas quizá la sociedad podría tener algo de esperanza.
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ
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