CRÍTICA DE TEATRO
'Liberto'
Texto: Gemma Brió
Dirección: Norbert Martínez.
Tras el éxito y reconocimiento en Barcelona, 'Liberto' desembarca en Madrid –traducción incluida- para que el espectador viaje por ese carnaval de emociones, gritos, tristezas, ilusiones y agonías sin consuelo. La actriz y autora Gemma Brió elabora un texto plagado de idas y venidas en las que el miedo tiene una importancia determinante. El hecho de protagonizar la obra es una vía de escape con sentido. Maneja el estado emocional de esa madre que se enfrenta a esos quince días infernales en los que sus emociones pasan por todos los estados posibles. La crueldad que supone el camino vital de un hijo y la única posibilidad existente para poder seguir adelante es un tema demoledor. Tàtels Pérez y Mürfila son las actrices que la acompañan para dar vida a un innumerable devenir de personajes –interpretados también físicamente por parte del público, decisión acertada– que jamás llevan a equívoco al espectador.
El texto podría tratarse en sí mismo de un drama envuelto en melodrama, pero su estructura ágil consigue eludir el problema. La dirección de Norbert Martínez camina en contra de lo propuesto en el texto, pero esa disonancia es la que consigue que la obra respire. Desafortunadamente, no evita caer en el exceso y la reiteración –al igual que el texto-. La música sí cumple su función. De la mano de Mürfila, un micrófono y una guitarra eléctrica otorgan ese poder del directo y refuerzan los virajes emocionales de una madre que anhela la muerte que jamás imaginó desear. La utilización del vídeo no está justificada, así como el empleo de ciertos elementos que solo sirven para distraer la atención. El ritmo se vuelve un tanto agotador y los noventa minutos se alargan. Esa redundancia hace que el montaje no llegue a mostrar un planteamiento demasiado diferente. Su intento de modernidad no ofrece elementos nuevos. Todo se sostiene gracias a la propuesta interpretativa. El trabajo de Norbert Martínez trae a la memoria lo planteado escénicamente por Álex Rigola –no hay que olvidar que ya trabajó con Rigola como actor–.
El momento más destacado de la obra es aquel en el que la madre, en cama tras el parto, mantiene conversaciones con un sinfín de personajes. La oscuridad, la opresión del miedo, las llamadas, la confusión, el error, la lágrima y el concepto de pérdida se manejan con una precisión extraordinaria. 'Liberto' plantea una idea dura que tiene momentos buenos, pero que se asfixia en su redundancia.
Como epílogo no estaría de más señalar que los altos precios del Teatro de La Abadía no estimulan la asistencia a la sala. ¿Por qué un teatro subvencionado pone tales precios? Ni siquiera los desempleados o estudiantes salen bien parados. Es incomprensible que las salas impidan que el teatro esté al alcance de todos.
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ
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