CRÍTICA LITERARIA
'Roth desencadenado'
Autora: Claudia Roth Pierpont
Editorial: Random House
Páginas: 427
El esfuerzo realizado por Claudia Roth Pierpont –el apellido Roth es coincidencia- no se acerca a una hagiografía, pero sí se percibe que es el libro de una amiga. Tener acceso a un escritor tan importante es ya un privilegio muy importante que la autora no ha exprimido todo lo que hubiese podido. Indica que el escritor le dio plena libertad y ella explica que eso ha hecho a lo largo de las páginas. Esa aparente honestidad de Pierpont puede apreciarse al emitir juicios severos a textos de Roth, pero esto no deja de ser una realidad que ni al propio Roth le sorprende. Es sencillo criticar aspectos fallidos de novelas cuando el propio autor es consciente del error. Los análisis que realiza de sus textos tienen mucha más relevancia hacia el principio del ensayo. ¿Por qué escribió una determinada novela? ¿Cómo lo hizo? ¿Qué rutinas tuvo? Las semejanzas entre la vida del autor y sus novelas era algo que se sabía y que en determinados títulos cobra una relevancia mucho mayor. Se agradece. Entre las críticas que menciona, llama la atención que no se detenga en el elogio que realizó Harold Bloom a la novela ‘El teatro de Sabbath’. Resulta llamativo por lo controvertido que es el propio texto y la atención que Pierpont ha prestado a la crítica para que en el libro tenga su relevancia. Esto tiene sentido debido a muchas razones, entre ellas la depresión que tuvo Roth por una crítica de Updike, concretamente a su novela ‘Operación Shyock’. ¿Hasta qué punto podía afectarle lo que se escribiese sobre su obra?
En el aspecto sentimental resulta revelador en ciertos aspectos emocionales, aunque estos siempre son conocidos desde el punto de vista del escritor –curiosa la relación con Jackie Kennedy-. Tras la traducción de la autobiografía de Claire Bloom, el lector ya sí puede comparar ambos juicios y constatar ciertas diferencias en el comportamiento de Roth. Al ser un ensayo sobre Roth, como es natural, la visión que prevalece es la de Philip. Esto resulta significativo si atendemos a muchos de los textos que ha escrito y que pueden enmarcarse dentro de la autoficción. ¿Hubiese escrito Roth lo que escribió sin haber vivido ciertas experiencias? Cuesta creer que sí.
El libro pierde mucho fuelle en las últimas cien páginas. Todo lo dedicado a las últimas obras de Roth consta de un análisis insuficiente y demasiado irrelevante. Parece que tuviese prisa por concluir el ensayo. ¿Por qué no dedica más a ‘Elegía’? Evidentemente la autora puede desarrollar lo que considere oportuno, pero si su premisa es analizar la obra completa no se entiende ese análisis somero de unas novelas tan contundentes como eficaces. Por momentos parece que es por la extensión breve de las mismas, pero esto carece de sentido. ¿Por qué no se ahonda en ese Roth de las ideas y de la decepción? En las obras anteriores, los análisis abusan de un desarrollo argumentativo demasiado elevado. Podía justificarse si atendíamos a esa radiografía creativa que realizaba del propio escritor. Esto no sucede hacia el final y solo el argumento y algunos detalles son insuficientes para cualquier ensayo.
‘Roth desencadenado’ resulta profundamente interesante pero deficiente y más si se tiene en consideración que era una de las lectoras a la que confería el autor el acontecimiento de entregarle sus manuscritos y atender a sus consideraciones. ¿Por qué realizó trece versiones de Némesis? ¿Qué sucedió con ‘La humillación’? Esto habría enriquecido mucho más un ensayo que no termina de asentarse en un lugar destacado, pero que sí se agradece su hondura en el bagaje vital y de lecturas que del escritor de Newmark realiza.
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ
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