CRÍTICA DE TEATRO
'Ricardo III'
Autor: William Shakespeare
Dirección: Eduardo Vasco
Compañía: Noviembre Teatro
Teatro Español (Madrid)
Ahora, en esta Navidad de nuestro descontento, resulta complicado encontrar justificación para saber el motivo por el que el Teatro Español ha apostado por el 'Ricardo III' dirigido por Eduardo Vasco. Son varios los problemas que acompañan a esta obra. El primero es que un teatro tan importante no puede mostrar por un montaje tan grisáceo. En segundo lugar, Eduardo Vasco ha vuelto a dejar de manifiesto que su romance con Shakespeare está repleto de interferencias. Tanto las adaptaciones con las que se trabaja como las puestas en escena que presenta carecen de entereza. Solo su ‘Hamlet’ tuvo instantes interesantes, pero ya ha pasado demasiado tiempo desde entonces
Los montajes de Vasco están siempre regidos por el mismo patrón. Vestuarios 'contemporáneos' y las interpretaciones declamatorias, más cercanas a la recitación de versos en el siglo XVI que a unas líneas de diálogo -sea cuál sea el siglo de la obra-. Los actores se sitúan frente al público y en muy pocas ocasiones se miran o transmiten algo. La escena con Lady Ann flojea por una inverosimilitud que asfixia. Como esta hay demasiadas.
Arturo Querejeta en su Ricardo III no aporta esa personalidad compleja. Este Ricardo conquista, asesina y muere porque está escrito en el texto, pero no porque sus intenciones sean esas. Una lástima no haber conseguido mucho más de un actor tan notable. No ayuda mucho que sus movimientos evoquen más al de un conocido humorista con lumbago que a lo que escribió el bardo.
Los números musicales son agotadores. Anclados en una reiteración inexplicable. Solo el piano aporta instantes. El montaje sin embargo sí tiene algo extraordinario, la iluminación de Miguel Ángel Camacho. Ha sabido captar los numerosísimos claroscuros de un personaje que la propuesta de dirección ninguneó. El Teatro Español debe tomarse más en serio la programación, porque a veces existe la sensación de que los tiempos de Pérez Puig han regresado.
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ
1 Comentarios
Qué decepción, no se ve ni se huele a Shakespeare por ningún lado. Incluso salían risas nerviosas desde el respetable en determinados tramos.
ResponderEliminarDe Paz