CRÍTICA DE CINE
'Zona hostil' (Adolfo Martínez. España, 2017. 93 minutos)
Abre ‘Zona hostil’ con la etiqueta de ‘basada en hechos reales’ y se despide con un tributo a los militares españoles fallecidos en Afganistán y agradecimientos varios a múltiples unidades del ejército. Ambas estampas encierran las claves que descifran las coordenadas de esta muestra de cine bélico propagandístico al que en el cine español no se está demasiado acostumbrado. Rareza, por lo tanto, amplificada por la eficacia con la que el cineasta mexicano curtido en Hollywood Adolfo Martínez se ha manejado.
Hay que tener clara esta situación para posicionarse ante lo que se va a ver de inicio. ‘Zona hostil’ derrocha medios y puesta en escena para conformarse como un más que digno entretenimiento. Puntúa muy alto por el lado de producción y, aunque el guion intenta profundizar en los personajes, rápidamente se demuestra que era innecesario. Todos son planos y esos apuntes familiares solo sirven para ampliar minutaje y, en algún caso, provocar sonrojo (la medalla del teniente). Entre clichés, ensalzamiento de la Legión y una nada disimulada referencia a ‘Black Hawk derribado’, ‘Zona hostil’ se ubica como un producto que sabe mantener la tensión y con unas escenas de combate, especialmente las nocturnas, rodadas con pulso.
Es importante tampoco dejar pasar, como ocurría con aquellas películas norteamericanas de hace casi un siglo, el binomio que esboza ‘Zona hostil’ de buenos-malos. El enemigo aquí viste túnica y barba y se desconocen motivaciones, solo se advierte su salvajismo. El peligro de equiparar misión humanitaria con intervención militar es otra constante que se mantiene lo largo del filme y que no se debería obviar. Esa tendencia dual sale a relucir en un balance general. El paso delante que supone ver cómo se produce dignamente un ejemplar de género bélico (todavía colea la serie 'Los nuestros') se contrarresta con la lectura patriótica y publicitaria de su contenido, más propia de tiempos pretéritos.
RAFAEL GONZÁLEZ
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