CRÍTICA DE CINE
'Crudo' ( Julia Ducournau. Francia. 2016. 98 minutos)
¡Qué maravilla poder comprobar que todavía existen productores valientes! En Francia se aprecia un arrojo que en España brilla por su ausencia. Es agradable comprobar que los múltiples premios que ha recibido la cinta -uno de ellos en Cannes- son merecidos. Julia Ducournau realiza una apuesta que parte de la serie b y que flirtea con el gore, pero lo realiza de un modo elegante. Todo comienza desde un orden. La corrección de esa formalidad de la pequeña de la familia que entra en la facultad de Veterinaria. Allí le espera su hermana, algo más rebelde y con más arrojo. Esa timidez se va perdiendo por medio de unas novatadas un tanto insulsas pero que van calando en esos instintos feroces que se despiertan con una sed agónica. Los primeros treinta minutos son de toma de contacto. A partir de un accidente fortuito se inicia el festival de instintos carnívoros que va a tener lugar. Desde ese accidente todo se muestra de un modo valiente. No opta por la sugestión o el disimulo. Ducournau filma con severidad y arrojo. No oculta la sangre ni los mordiscos ni las carnes ni el deseo. Lo hace de una forma que en ocasiones flirtea con lo elegante.
Los impulsos incontrolables están íntimamente ligados a un despertar sexual que, combinado con la carne cruda y el alcohol, sacan a la luz a unas fieras indómitas. Tampoco se ocultan desnudos y los acontecimientos se tratan con una normalidad que roza el humor en numerosísimos casos. Otro de los aciertos de la propuesta es la curiosa combinación de géneros que la misma propone. Su estilo acompaña y es la banda sonora lo único que no va en consonancia con la originalidad de lo que se narra. En ciertos momentos parece hacer homenajes a las películas de hombres lobo -irracionalidad, falta de control y memoria- pero en otros alude a la tensión de las relaciones familiares. Esos impulsos están por encima de cualquier cosa. La muerte es algo que deja de tener importancia. No es tan difícil organizar accidentes para poder alimentarse de las vísceras de los cadáveres.
La protagonista, una extraordinaria Garance Marillier -que ha protagonizado casi todo lo que ha realizado la directora-, aporta sensualidad, salvajismo, entereza y verosimilitud, a todas esas propuestas que rayan lo inapropiado, pero que con una buena dirección consiguen transformarse en algo valiente y muy bien planteado. El resto del reparto funciona a las mil maravillas y se integra en ese diabólico universo de ocultación, hambre y anhelo.
‘Crudo’ ofrece una conclusión muy ingeniosa que consigue que la película posea un empaque poderoso para que todo consiga cerrarse tan notablemente en una historia muy compleja que nunca pierde el control sobre lo que cuenta.
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ
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