'GARAGE'. Nuestros coches más íntimos



CRÍTICA DE TEATRO

'Garage'
Compañía: Voadora
Dirección: Marta Pazos
Dramaturgia: Fernando Epelde
Teatro Valle-Inclán (Madrid)

Que el nuevo montaje de Voadora era muy esperado a su llegada a Madrid lo confirmaban las grandes colas para recoger entradas que uno se podía encontrar el día del estreno. Esa sensación se veía aumentada por la copiosa lluvia de ese día que hacía que los presentes nos agrupásemos en un pequeño espacio para huir de la ropa mojada. En la cola estaba lo más granado de la escena teatral madrileña, aquello era un continuo gritar nombres y abrazos que se trasladaron del hall al patio de butacas de tal manera que aquello parecía que iba a empezar media hora más tarde o como si fuera una performance del espectáculo.. Cosas de la escena madrileña.

La expectación estaba justificada tras el reconocimiento que se han ganado en sus más de once años de trayectoria y la gran acogida que tuvieron en 2017 con su montaje 'Sueño de una noche de Verano', que les confirmó como una de las compañías más interesantes a nivel nacional (e internacional), y desde la periferia geográfica y artística.

'Garage' parte de un encargo original de MA scène nationale-Pays de Montbéliard que contó con la participación de voluntarios vinculados a la fábrica PSA Peugeot Citroën Sochaux, llegando a poner a veinticinco trabajadores sobre el escenario, y que tiene como objetivo investigar el cambio de rol de la mujer en el trabajo en Europa.

En el montaje presentado en Madrid el elenco se reduce a diez personas (más dos niños al final) entre trabajadoras y actrices. Tal vez sea por esta reducción, o no, que se apueste por los momentos íntimos de las trabajadoras en detrimento de lo colectivo de la actividad fabril. Si se permite la analogía, hay más Freud que Marx.

Situados en la fábrica de Citroën de Vigo, la obra avanza a base de cuadros unidos por dos voces en off y por una constante música electrónica que es pinchada en directo, música que en algunos momentos puntuales da la sensación de que está más pensada para el público que para intervenir y dialogar con lo que ocurre en escena. Por cierto, la presencia de los tres músicos hombres en posición elevada, más arriba de las mujeres, creó al final divisiones de opiniones, gente a la que le parecía un error en una obra que rompe una lanza por el  feminismo mientras otros espectadores decía que funcionaba como metáfora.

Las voces funcionan perfectamente e incluso son un personaje más, dando voz a una especie de ser inconsciente que sublima el automóvil como producto estrella del capitalismo fordista. Es con estas voces con las que el montaje alcanza algunos de sus mejores momentos, donde planea una ironía corrosiva y un cuestionamiento de la relación que como individuos y sociedad tenemos con nuestros automóviles, con nuestras mercancías.

'Garage' se muestra fuerte en los momentos íntimos, en los que los personajes comienzan a hablar de sus recuerdos, deseos y miedos personales. Es aquí cuando se despliega toda su capacidad escénica y poética, sonido e iluminación juegan en la misma dirección y la bailarina Clara Ferrao hace un trabajo magnífico, ya sea al natural o caracterizada como ese dummy existencial.

Sin embargo, este potencial se diluye en las escenas colectivas, en las de la fábrica propiamente dicha. Aunque el trabajo actoral es bueno no puede impedir que todas las experiencias se queden en lo meramente formal, sin ahondar en esos conflictos colectivos tales como la presencia del machismo, la alienación del trabajo en cadena o los accidentes laborales. Parecen más concebidos para fuera, más para el público que para el desarrollo del montaje. Esta sensación se acentúa con ese final un poco forzado en forma de rave entre los asistentes. Que sean trabajadoras contando sus experiencias en lugar de actrices pierde aquí su importancia, lo documental, lo real se diluye.

Voadora se mueve entre lo íntimo y lo espectacular, en una combinación que no termina de funcionar, que da demasiados altibajos y que no acaba por definir qué es lo que quieren contar y cómo, que no llega al fondo a pesar de los grandes momentos que ofrece y que se quedan ahí. 

BENJAMÍN JIMÉNEZ DE LA HOZ

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