CRÍTICA DE CINE
'Joker' (Todd Phillips. Estados Unidos, 2019. 121 minutos)
Un personaje tan enigmático como Joker siempre puede ser merecedor de una película. En sí mismo tiene demasiada entidad y todos los claroscuros que posee su origen merecen ser fabulados porque no hay ninguna norma y eso dota al creador de mucha libertad. En cuanto al origen del personaje se podrían destacar dos acercamientos brillantes: ‘La broma asesina’ de Alan Moore y Brian Bolland que ya tuvo su particular y no muy acertada adaptación en animación. Mezclaba de forma muy dinámica los orígenes del personaje y un nuevo truculento y lacerante caso del Joker. En segundo lugar, el destacadísimo número de Brian Azzarello y Eduardo Risso titulado ‘Batman: El caballero de la venganza’ en el que dieron una vuelta de tuerca magistral al personaje y al hombre murciélago. El más original y destacado hasta la fecha. También posee una fuerza asombrosa el libro tercero –‘La cacería del caballero nocturno’-de lo ideado por Frank Miller en ‘El regreso del caballero nocturno’. En esa ocasión era un Joker otoñal que se enfrentaba a su última puesta en escena.
La película escrita por Todd Phillips y Scott Silver ha preferido tomar un camino propio, aunque en ocasiones existan elementos que coinciden. En ellos es el fracaso el más predominante. La cinta podría haberse titulado ‘Joker’ o ‘Arthur’ o ‘Un hombre que agoniza’ porque las referencias que se dan con respecto a su unión con Batman son metidas con calzador e incluso algunas de ellas rozan la telenovela. No era necesario referir nada o al menos no hacerlo de un modo tan ostentoso. ¿Acaso hay alguien que no sepa lo que será el acontecer del personaje y cuáles serán sus ‘fazañas’? El guion pretende acercarse más a ‘Taxi Driver’ que a Allan Moore, pero en ocasiones hay demasiados ecos que parecen que Silver y Phillips han jugado más a la falsa adaptación. También hay algún eco a ‘El rey de la comedia’, de hecho, no han dudado en incluir a Robert de Niro, el protagonista de ambas cintas, para que esté presente y funcione como “antagonista”. Todo se vuelve demasiado previsible y resta impacto.
Existe una crítica social grande y estereotipada en el que se anuncia que la sociedad es la causante o una de las causantes de que el personaje llegue a tomar el rumbo que toma. Hay un exceso desde el comienzo que impide que Fleck, ese payaso que no consigue la risa, evolucione. Desde esos primeros compases su estado mental ya es crítico y la retirada de fondos va a permitir que su enfermedad se vaya haciendo inabarcable. La relación con la madre, las cartas de la misma a un envejecido Thomas Wayne, los problemas de trabajo y las falsas seducciones se van aliando en un planteamiento que chirría porque se vuelve tan evidente que no deja incógnita alguna. Del mismo modo el empleo del flashback está realizado con poca suspicacia.
La película tiene dos elementos positivos, la fotografía y muchos aspectos de la interpretación del siempre estupendo Joaquin Phoenix. La risa que emplea consigue enturbiar cualquier instante y generar mucha incomodidad. Eso ya marca un sello determinante en lo que es el personaje. Sus bailes y sus muecas también son sugerentes. El problema que puede poseer su interpretación es el propio guion. Era una buena oportunidad para bucear y no necesitar nada de la historia posterior. En este caso, el fenómeno que supone el Joker, ya es un atractivo rico y no necesario de nada más. No hay porqué buscar una empatía remarcada con el público o realizar continuos guiños. Eso pierde. Quizá hayan buscado tener un punto en común con alguna saga, pero el resultado no es novedoso. La fotografía si capta el estado anímico de ese guasón con la reiteración de claroscuros muy bien planificados. La banda sonora alterna el score con piezas muy conocidas de Nat King Cole como ‘Smile’ o el ‘That´s life’ de Sinatra se fusionan correctamente. La dirección de Todd Phillips no tiene que ver con su trilogía de la Resaca, pero tampoco ofrece puntos brillantes que vayan más allá de la elección de un actor como Phoenix, su mayor acierto. Sería muy absurdo entrar en el triste debate por ver que Joker ha sido mejor en la gran pantalla. El ideado por Phillips es completamente diferente a cualquiera de los otros, tanto que no es ni el mismo personaje.
‘Joker’ es una película entretenida. Su gran campaña publicitaria atraerá a los cines a la gente y no molestará ni a los aficionados a los comics ni a los que no lo son.
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ
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