'LAS BRUJAS DE MACBETH'. Acariciando el bosque



CRÍTICA DE TEATRO

'Las brujas de Macbeth'
Dirección: Susana Sanabria
Sala Escena 17 (Madrid)
En diciembre en El Umbral de Primavera

Todo surge a partir de esas brujas que representan la actualidad. El espectáculo combina muy bien un presente reconocible con un formalismo más cercano a la obra original. La adaptación libre realizada por la propia Sanabria, que se reserva también el papel de Lady Macbeth, es acertada porque parte de Shakespeare, pero consigue salirse del mismo siendo fiel a lo que se plantea originariamente. Es más, la misma podría haber sido algo más indisciplinada con respecto al texto. La propuesta combina ambas realidades -la del tiempo de Macbeth y la del presente- sin que jamás el espíritu del original se vea lacerado. Todo lo que ofrece es un dinamismo alentador y las escenas en las que las brujas toman el protagonismo están planteadas con ingenio perturbando la acción y el clima generado. Se aprecia un gran trabajo en la composición de esos momentos.

El trabajo sonoro es sobresaliente a todas luces y se evocan espacios muy diferentes. La música, también en directo -gran parte- está interpretada con brío por la propia Sanabria. El empleo de las proyecciones es divertido pero las mismas podrían trabajarse más para aportar mayor riesgo. Ese periodismo que reina en todo ese ir y venir de noticias, muertes, asesinatos, coronaciones está retratado minuciosamente con todo el elenco funcionando como reporteros en distintos idiomas. 

El drama no oculta esos momentos cómicos que consiguen un empaque mayor. Las noticias, los reporteros, las traiciones y la decepción sentimental. Ese personaje -Macbeth- que comienza de un modo timorato para evolucionar y transformarse en ese arquitecto de la conspiración. Hay momentos que parecen formar partes de un sueño o un deseo, pero evidentemente el sueño se ha cumplido ya. Esa angustia de Macbeth para que todos sus terrores queden exterminados está muy bien llevado a escena. Macbeth dirige tres aseveraciones muy contundentes al “espíritu” de Banquo que hacen peligrar el momento de la celebración. Se juega con las máscaras y se llega al dolor de Lady Macbeth. En una propuesta que es capaz de introducir acertadamente elementos musicales muy sui generis, se hubiese agradecido una mayor presencia de un personaje que, ya de por sí en el texto desaparece, aunque es evidente su desenlace. Lady Macbeth no ha cometido ninguna acción propiamente, pero es la motivadora del crimen. Es la soledad que siente la que le lleva a perderse. ¿Por qué no darle más cabida al personaje? La propuesta se beneficiaría de ello. ¿Siente decepción por el comportamiento de Macbeth? ¿Cómo lo demuestra? Se juega muy bien con el tiempo. La autodestrucción de Macbeth motivada por las brujas va transcurriendo en diferentes campos de acción. Esa distancia entre el matrimonio podría verse más en escena. La misma solicita más esa presencia -y más si atendemos a esa propuesta aterradora que realiza Lady Macbeth-. La escenografía con unos palos como banderas de acción se mueve con precisión creando espacios. Esta parte parece llevarnos a Peter Brook. Pueden servir para los reporteros, el bosque, el hogar de las brujas. Su empleo es hábil y en la pelea final podría tener hasta más cabida porque de allí “solo puede salir uno de los dos”. Junto al mencionado espacio sonoro es otro acierto. El reparto está a la altura y todos trabajan con un claro fin. Jamás hay dudas por muchos personajes que interpreten. Lo importante es dotar a cada uno de entidad y se consigue. 

‘Las brujas de Macbeth’ es un trabajo que solo puede crecer. Deben cuidar la iluminación y darle algo más de brío a las proyecciones. El resto solo puede ir en una dirección que ya está muy bien planteada.

IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ

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