'QUIJOTE'. Distopía en el aire


CRÍTICA LITERARIA

'Quijote'
Autor: Salman Rushdie
Editorial: Seix Barral
Año: 2020
Páginas: 527

Salman Rushdie parece que no puede vivir sin ‘El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha’, pero la obra de Cervantes no necesita en absoluto al escritor nacido en Bombay. Este juego referencial a modo de relectura del clásico con la América de Bush como escaparate de las andanzas de este hombre más cercano a la locura que la entelequia no termina de cuajar. Rushdie es hábil en la escritura, pero la misma se le escapa por diferentes lugares en los que no llega a tener consistencia en una trama que en muchos momentos resulta insustancial. Una poda a tiempo podría haber conseguido un divertimento más adecuado.

‘Quijote’ es una road movie en la que en vez de caballos hay un Chevrolet, Sancho es una aparición en blanco y negro de un hijo que no ha tenido el errante Sr. Smile -transformado en Quijote- y con una amada en silencio que no es otra que Miss Salma R, conductora de un programa televisivo de origen indio. También aparecen un grillo que habla. naturalmente en italiano- que es un trasunto de Pepito Grillo, mastodontes en New Jersey y un buen número de aventuras que sirven para retratar el racismo, una plaga de opioides y esos pueblos ya vacíos que le acompañan en su desventura que tiene su destino en Nueva York. Tampoco falta un trasunto de Cide Hamete Benegeli en ese ficticio escritor, Sam DuChamp, como un impostor que escribe novelas policiales. Vive en Nueva York, sin contacto con su hermana rica y de su hijo. Escribe esa historia sobre un viejo indio alejado de su hermana rica y que desea tener un hijo para hablar con él. Al “escritor” también se le llama Hermano. Se va descubriendo que Quijote es claramente un trasunto del propio DuChamp.

La propuesta del escritor indio mezcla un realismo mágico que abraza al esperpento para acariciar a la realidad americana más reconocible y actual. No faltan referencias contemporáneas como el Candy Crush, ‘Regreso al futuro’ o ‘Men in black’. Hay un juego gracioso en ese protagonista en el que por el día puede simular ser un anciano caballero -de los de antes- indio, mal remunerado -llegando a ser despedido-, sin domicilio fijo, pero con la llegada de la noche se transforma en una Dorothy que busca mudarse definitivamente a Oz. Los sueños de conseguir que Salma R, -del mismo lugar de origen - pueda compartir su vida con él lo hace posible ésta era en la que habita y en la que todo puede suceder.

‘Quijote’ es un juego en los que los personajes a la vez que América están enfermos, no importan que sean enfermedades cardiacas, cáncer o el delirio de un país inestable. Su final es agradable, pero todo se antoja demasiado largo y con poca sustancia, aunque eso sí, Salman Rushdie escribe muy bien, pero eso nadie lo dudaba.

IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ 

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