`INTERNET SUBLIME´. En busca del yo perdido.

 


Crítica literaria.

Internet sublime’

Autor: Miriam Persand

Editorial: Sapristi.

Páginas: 120

Año:2021.


    Miriam Persand ha tardado nueve años en hacer su segundo libro individual, demasiado tiempo para alguien con su talento. Sus apariciones en ‘Enjambre’ (2014) y en ‘Tenn Wolf’ (2016) han sido pildoritas que siempre dejaban con ganas de más. Su obra posee un sello particular en todos los aspectos que pueden conformar un cómic. Podría señalarse que siempre su creación entronca con las fábulas en cuanto a todo lo que del mundo animal tienen. ‘Internet sublime’ en un salto de calidad en muchos aspectos a ‘Animal party’ (2012). Su comienzo es una explosión, una zanahoria para el lector que asiste con atracción el desvarío personal de Cocodrilo humano que naufraga en su concepción existencial. Apuesta por una radiografía de la incertidumbre para describir una vida que aterra a su propia protagonista que tiene como aliada a su inseparable mascota y que supone su desahogo en esa asfixia que le provoca lo que está por vivir. El autoengaño en todas sus rutinas, -incluida en la comida- y el abrazo a lo desconocido que aporta algo, no importa el qué, pero es esa posible oportunidad lo que enamora.

    Persand comienza a reflejar un mundo tan enigmático como conocido y a la vez se agolpan referencias clásicas como la aparición del diskette de 3,5 que se insertan con destreza en ese universo tan vasto como misterioso que es la red. El álbum está repleto de una crítica al consumismo o al enjambre de las apariencias que lo hace instalarse en una realidad palpable. En todo el humor que puede poseer la historia hay momentos de crueldad xenófoba envuelta en organismos de “reciclaje”. Entran en juego elementos como la acusación por cuestionar el orden y dejar al desnudo a ciertos organismos aparentemente loables. Cocodrilo inicia una aventura desventurada de búsqueda junto a su mascota para surcar por ese mundo que describe Persand y que está estrechamente relacionado con ‘La playa’ (2000). Es una coincidencia graciosa con la película de Boyle, aunque no sea referencial para lo que la narra la autora madrileña, implica similitud de cierto ideal. Hay una confluencia de géneros en la historia que enriquecen las situaciones. La trama va adentrándose en contextos turbios y el thriller tiene su cabida. Manejar con soltura esta mezcolanza de géneros es uno de los hallazgos del volumen. También pueden existir ecos a Orwell y a Huxley, pero la autora no se recrea en el homenaje vacuo y apuesta por esa riqueza argumental a lo largo de sus páginas para conformar una autoría muy propia.

    El ingenio y los homenajes a Groucho ya Woody se instalan en la narración con momentos hilarantes como ese porno con frutas y algoritmos que se insertan en el día a día de un modo u otro. ‘Internet sublime’ es una bocanada de aire en el cómic que posee un final asfixiante, cruento y demoledor… o no. Mención especial merecen el color y los dibujos. En este aspecto el trabajo de Persand es de matrícula de honor y potencian un resultado que no deja indiferente.

IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ


Publicar un comentario

0 Comentarios