`SHIRLEY’. Oscura, literaria y cruel.


 Crítica de cine.

`Shirley´ (Josephine Decker. Estados Unidos, 2020. 107 minutos).

Todo lo referente a Shirley Jackson es atractivo. La película de Josephine Decker ofrece un recital de incertidumbre y dolor muy en consonancia con parte de la obra de una autora inquietante y sublime. La influencia de sus textos en personalidades de la talla de Stephen King es una realidad. Baste recordar un relato como ‘La lotería’ para situar su voz literaria como un caso aparte dentro del género. No hay que olvidar que es una autora a la que se ha adaptado mucho a la pantalla, con mayor o menor acierto.

‘Shirley’ tiene en su haber a Elisabeth Moss como protagonista, dando vida a la escritora. Su actuación es el punto fuerte de la historia, aunque en ocasiones puede pecar de cierto exceso. La trama adapta la novela de Susan Scarf Merrell. Es sugerente el punto de partida, con esa pareja de recién casados en fase emocional que se instalan en la casa de Jackson y su marido. En ese instante el personaje de Shirley comienza a perturbar la ilusión y se juega con las predicciones que introduce en su fase creativa. Esa pareja instalada, la universidad, los romances secretos, los celos, las clases y las provocaciones. A todo ello debe sumársele la escritura. Es ese el acierto argumentativo más potente de la película. ¿Cuál era el proceso de creación? La historia parece transformarse en una de las narraciones de Jackson y en ese juego, Decker, se hace fuerte. La historia abusa de las recriminaciones tampoco la presencia de amantes posee frescura, pero ese universo interior que se enuncia es el que mantiene el pulso de la propuesta.

La cámara en su manejo inquieta y para ello se emplea una iluminación en ocasiones demasiado oscura. Esta apuesta no deja de ser un juego metafórico para reflejar la pulsión creativa en una personalidad convulsa e irritante. Se enuncia un deseo, un amor, un coqueteo, hacia la mujer embarazada que vive con ellos, pero tampoco termina de dar un paso más. La pareja formada por Jackson y su marido son dos personas que se retroalimentan en sus celos, ya sean físicos o profesionales. Se trata de quedar por encima y de pisar cualquier sombra que esté cerca, en este caso a sus jóvenes cohabitantes.

‘Shirley’ es una propuesta curiosa, pero como película no termina de dejar clara su apuesta. La tarea no era sencilla, pero es factible que exista un intento de promocionar la historia como un biopic cuando es algo que está muy alejado de serlo.

 IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ

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