‘La trampa’ es una oda de amor de un padre a su hija, pero no el compuesto por el dueto protagonista que pelea con un guion repleto de trapas predecibles. El amor es de Night Shyamalan a su hija. La película está orquestada por esas canciones que crea la hija, transformada en un trasunto de una figura que podría ser Taylor Swift. La historia es más una excusa que una motivación. Todo lo que se imagina que sucede, ocurre. El descenso creativo de Shyamalan resulta cada vez más complicado de digerir, pero siempre le quedarán ‘El sexto sentido’, ‘El protegido’ y el final de ‘El bosque’, así que, quizá, se pueda subsistir en el sistema albergando esperanzas para que el regreso de un producto sólido. En el apartado técnico la película no ha cuidado ninguno de los campos. El sonido es espeluznante ¿realmente se puede hacer un diseño de sonido tan escaso de talento? La fotografía tampoco ayuda y el montaje ensambla planos sin más. En el apartado actoral el mecanismo de muecas sorpresivas se inserta en la previsibilidad y todo avanza sin impacto alguno. El giro que se produce para el lucimiento de la hija cantante es muy sugerente pero tampoco termina de culminarse. ‘La trampa’ tiene otra lectura si se analiza como comedia porque mimbres no le faltan. ¿Volverá Shyamalan?
‘Alien: Romulus’ es un juego de homenajes -plagios- para intentar resucitar una saga ya más que asfixiada. Se ha apostado por una película que pretende captar a un público adolescente y reenganchar a algún nostálgico de la primera entrega que tolere bien la estética del videojuego. La presencia de Ian Holm, ya se sabe que hoy en día resucitar a muertos en el cine es algo posible, es un tanto grotesca. La historia se sitúa entre las dos primeras entregas en un guion sin mucho sentido en el que los plagios -homenajes- se van sucediendo, algunos tan seguidos que ya ni sonrisas despiertan, mucho menos terror, aunque es posible que terror ya se considere únicamente el proporcionar sustos al espectador. La premisa en un planeta sin sol y oprimidos en el que la minería es el sustento puede ser sugerente pero ya en el espacio todo cambia. Fede Álvarez ofrece una dirección hábil, más cercana al videoclip que al cine, pero consigue una propuesta que está respaldada por un elenco solvente -con una talentosa Cailee Spaeny a la cabeza- que, continúa jugando a los homenajes de títulos anteriores como el mensaje final o tantos otros. La parte final, una de ellas, porque la cinta posee múltiples, es ya otro juego referencial para ir situando y buscando coincidencias que procuran ofrecer una coherencia innecesaria. Quizá si no se llega a introducir la palabra Alien, la película podría haber tenido consistencia en sí misma, aunque en ese caso, posiblemente no hubiese encontrado financiación. Hay que ver a Fede Álvarez en un largo que no sea un remake o de una saga, quizá le ha llegado el momento.
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ
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